Proverbios 5:1 Hijo mío, pon atención a mi sabiduría y presta oído a mi buen juicio.
Estar en duda siempre, se ha convertido predeterminado en el corazón de la humanidad. Tan pesimista como esto suena, esto ha llegado a ser lo normal en nuestra vida sin duda alguna, cuando alguien en posición de autoridad dice algo. Ya sea que es de gobierno, finanzas o centro de salud, esta confianza tradicional en las instituciones ya no tienen valor ni tampoco son de creerlo. Salmos 12:1 Sálvanos, Señor, que ya no hay gente fiel; ya no queda gente sincera en este mundo. 2 No hacen sino mentirse unos a otros; sus labios lisonjeros hablan con doblez.
¿A quien podemos confiar? Nuestros líderes ya no se le toman en serio porque ya no se les puede creer. Las personas a cargo de naciones se han paralizado a causa de las abundantes voces que escuchan tratando de apaciguar. Muchas promesas se han hecho pero muy pocas se cumplen. Isa. 59:4 Nadie clama por la justicia, nadie va a juicio con integridad. Se confía en argumentos sin sentido, y se mienten unos a otros. Conciben malicia y dan a luz perversidad. Independientemente de estos inconvenientes burocráticos o falta de voluntad política para hacer las cosas, se les hace mucha dificultad a los líderes hacer algo significativo.
Creo que es por eso que Dios nos pide que oremos por nuestros líderes. 1Tim. 2:1 Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, 2 especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna. Yo creo que Dios, el verdadero Rey, quiere líderes de naciones que le den a la gente la libertad de vida para que ellos escojan a Dios en su vida. Pero, así como la historia nos muestra en los reyes de antes, que hicieron esclavos a su propia gente y así continúa la desconfianza.
Entonces cómo, nosotros como gente cristianas, ¿Cómo podemos superar el caos a base diaria? ¿Qué informe podemos creer? Juan 16:33 Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. Uno de los puntos fuertes de Jesús está en ese verso, el hecho que Jesús lo dice.
¿Quien dice que el mundo ya esta vencido? Jesús lo dice. Jesús nos está recordando constantemente cuando Él dice, “Verdaderamente, Yo te digo,” es Él mismo quien nos dice que deberíamos tomar en serio lo que dice, porque es Jesús quien lo dice. Una y otra vez Jesús trata de transmitir en nosotros ese punto, que es su integridad y sus instrucciones la que deberíamos de creer y confiar.
Durante los evangelios, enfáticamente Jesús nos repite que es Él mismo quien nos está diciendo “Yo te digo.” Piénsalo. No es una persona ordinaria quien nos lo está diciendo. Es Cristo mismo para que tengamos consuelo en el hecho que Dios no miente. Núm. 23:19 Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice?
En otras palabras, Jesús nos pide que creamos en Su palabra, no por otra razón sino porque Él lo dice. Jesús dice, considera quien te lo está diciendo. Juan 10:37 Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. 38 Pero, si las hago, aunque no me crean a mí, crean a mis obras, para que sepan y entiendan que el Padre está en mí, y que yo estoy en el Padre.
Dios ha vencido al mundo y nosotros, Sus creyentes, tenemos una posición de embajadores en este mundo. Entonces, ¿porque estamos temiendo con los eventos que están pasando a nuestro alrededor? La batalla ya se ha ganado así que tenemos que empezar a caminar en la verdad como si ésta verdad ya ha entrado a nuestro corazón. No con arrogancia o de corazón duro, pero con confidencia de fe y oración en nuestro Señor y Salvador Jesús.
¿Cuando vamos a creer en el informe del Señor? Isa. 53:1 ¿Quién ha creído a nuestro mensaje y a quién se le ha revelado el poder del Señor? Si Jesús lo dijo, es cierto. ¿A donde más puedemos acudir por la verdad nosotros como cristianos? Vamos a la verdadera origen de información que está en Jesús. Juan 14:6 —Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
La próxima vez que tú lees las palabras de Jesús diciendo “En verdad te digo,” créele y ve y has lo que Él dice lo que podemos hacer. Tómalo personalmente y cree en las palabras de Jesús que nunca son desperdiciadas. Isa. 55:11 Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos.
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