Proverbios 21:2 A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los corazones.
No solo es una enfermedad de ofensa sino también está acumulando impulso, ahora…. La necesidad de tener derecho de ser ofendido se está convirtiendo en una fuente principal. Una aceptación general de ser ofendido ha llegado a ser socialmente aceptado. ¿Cómo fue que llegó y porqué lo estamos aceptando? Parece ser inevitable que las leyes bajo el proyecto de proteger los derechos humanos se escriban valores progresistas o códigos de conducta social. Unos dicen que ya lo estamos viviendo y que ya estamos muy tarde para parar esta locura.
¿Estoy exagerando los efectos de este fenómeno? No lo creo, porque a veces pienso que me he contagiado con estos síntomas personalmente cuando quiero justificar lo que me ofende y de mi ira. Si ésta enfermedad infecciosa está tan cerca de mi hogar, de mi vida, entonces más vale que me cure lo más pronto posible. La palabra de Dios expresivamente nos dice que no le demos lugar a las mentiras del diablo quien está promoviendo esta agenda. Efe. 4:27 Ni den cabida al diablo. Jesús dijo que seremos bendecidos si no agarramos ofensas de lo que dicen de Él. Mateo 11:6 Y bienaventurado es el que no fuere escandalizado en mí. Yo, pensando en voz alta, ¿Pero es bendición en mi vida limitada a ofensas que tomó personalmente? Démonos cuenta, si alguien está ofendido, es probable que le cuesta perdonar y el no perdonar eventualmente llega a ofenderse. Es un círculo desesperado del nunca acabar.
Hay dos lados de esto. El lado del quien está ofendido y el lado del quien irresponsable te ofendió. ¿Desde cuando, nosotros como personas llegamos a ser tan groseros que nuestros pensamientos automáticamente hablan sin convicción o de no sentirse avergonzado de lo que hablamos y muy fácilmente sale de nuestra boca? No estoy seguro, pero estamos como una nación de ciudadanos demente, ya no podemos esconder nuestra ira o nuestro orgullo agraviado porque creemos que siempre estamos en lo correcto en cada situación. El no estar correcto ya no es una opción que estamos dispuestos a rendir. Prov. 21:2 A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los corazones.
Riesgo a que me llamen ofensivo, hay una cita de John Lennon que dice, “Denle una oportunidad a la paz” Tenemos que salir de nuestro propio camino y darle al perdón una oportunidad, también darle oportunidad al amor que fluya por todo nuestro corazón y mente para cambiar esta configuración predeterminada de ofensa que se está acomodando en nuestra primera respuesta a cualquier cosa contraria de nuestro pensar. Démosle a la sensibilidad, a la calidez y al aprecio una oportunidad que salga de muy dentro de nuestro corazón y entonces, quien sabe, que toda esa nobleza pueda empezar a salir de nuestra boca y se sentirá porque viene de sinceridad. Démosle una oportunidad a Dios que nos bendiga porque lo bendecimos al no ser ofendido por medio de Jesús. Mateo 25:40 El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”. ¡Bendiciones!
0 Comments