Proverbios 10:24 Lo que el malvado teme, eso le ocurre; lo que el justo desea, eso recibe.
La increíble transformación que tomó lugar en la mente, cuerpo y alma de un hombre poseído de Gadara, es una demostración de amor poderosa de Jesucristo. Este hombre había sido poseído de una legión de demonios llevándolo a dañarse él mismo en un comportamiento de insensatez. Él podía ser sujetado o encadenado porque su violencia era tan demoniacamente eruptiva que rompía las cadenas con una fuerza sobrenatural. Lucas 8:29b Se había apoderado de él muchas veces y, aunque le sujetaban los pies y las manos con cadenas y lo mantenían bajo custodia, rompía las cadenas y el demonio lo arrastraba a lugares solitarios.
La historia de este hombre atormentado es un microcosmos del estado de cosas que suceden en todo el mundo hoy día. La locura en diferentes formas ha llegado a un estado de ser entre muchas personas tratando de sobrevivir el día. Miedo y ansiedad en el mundo está a un tono de ansiedad. Si las estadísticas son de creer, hay referencias y especulaciones de que el más del treinta por ciento de la población están viviendo con múltiples ansiedades y tipos de desórdenes mentales. Esto ha hecho a muchos reaccionar en autolesiones y violencia hacia otros que han sido provocados cada día con eventos mundanos, pero escalando a tremendas atrocidades.
El mundo occidental antes era un ejemplo de unidad y tolerancia para aquellos que buscan una vida decente, pero ahora hemos llegado a ser un lugar donde las personas quieren salir y encontrar otro país o local donde sea posible vivir en una relativa paz. Parece ser que estamos como en un tipo de supervivencia de pandillas en el patio de la prisión, mientras vamos poniendo las piezas de un terrible evento en nuestra mente, hemos sido golpeados otra vez, tal vez aún más con un agresivo resultado mortal causando un temor permanente siempre en nuestras mentes. De todas maneras, como dice el dicho, – el temor no deja la muerte, deja la vida. Salmos 108:12 Bríndanos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda humana.
Una verdadera libertad viene de Dios y no de un mandato hecho por el hombre de cohabitación teórica. Entre más la humanidad trata de desatarse fuera de la dirección de Dios y su protección para la vida, más atados llegamos a ser. Entonces, llegamos a diluir nuestra fuerza con una forma de tolerancia que hace que todos se vuelvan simplones. Como dijo alguien, “La tolerancia llega a cierto nivel que las personas inteligentes serán prohibidas a pensar para no ofender a los imbéciles.”
Me pregunto si esto fue lo que pasó cuando las personas de pueblos cercanos vinieron a ver lo que Jesús había hecho por este hombre poseído. La verdadera locura que me llamó la atención en esta historia es la reacción de la gente del pueblo. Cuando vieron a este hombre que antes estaba poseído, ahora estaba vestido y en su sano juicio con la capacidad de razonar- la gente del pueblo se llenaron de temor, al hecho de que el hombre había sido sanado y aparecía normal. Lucas 8:35 Y la gente salió a ver lo que había pasado. Llegaron adonde estaba Jesús y encontraron, sentado a sus pies, al hombre de quien habían salido los demonios. Cuando lo vieron vestido y en su sano juicio, tuvieron miedo.
Me pregunto si esto fue lo que pasó cuando las personas de pueblos cercanos vinieron a ver lo que Jesús había hecho por este hombre poseído. La verdadera locura que me llamó la atención en esta historia es la reacción de la gente del pueblo. Cuando vieron a este hombre que antes estaba poseído, ahora estaba vestido y en su sano juicio con la capacidad de razonar- la gente del pueblo se llenaron de temor, al hecho de que el hombre había sido sanado y aparecía normal. Lucas 8:35 Y la gente salió a ver lo que había pasado. Llegaron adonde estaba Jesús y encontraron, sentado a sus pies, al hombre de quien habían salido los demonios. Cuando lo vieron vestido y en su sano juicio, tuvieron miedo.
Esta gente se había acostumbrado a que este hombre poseído vivía entre ellos y era algo normal, pero encontrarlo en su sano juicio les causó un gran temor y su reacción fue la de pedirle a Jesús que saliera del pueblo y se fuera de allí. Lucas 8:37a Entonces toda la gente de la región de los gerasenos le pidió a Jesús que se fuera de allí, porque les había entrado mucho miedo. Esto es irracional. Hubiera haber júbilo a la curación milagrosa y al cambio que tomó lugar en la vida de este hombre. Hubiera haber agradecimiento que los aullidos y chillidos ya no serían parte de sus terrores nocturnos.
Esto me hace pensar si nosotros también nos estamos acostumbrando y estar adormecidos en la locura del mundo. ¿Estamos racionalizando el comportamiento y eventos que pasan a nuestro alrededor para falsificar un sentido de seguridad en nuestras mentes? Prov. 10:24 Lo que el malvado teme, eso le ocurre; lo que el justo desea, eso recibe. Tenemos que recordarnos que somos justicia de Dios por medio de Cristo. No tenemos porqué tener temor de la devastación que está pasando en el mundo. Tenemos que estar conscientes e informados de los eventos de la vida pero no paralizados por ello y perder nuestra capacidad de razonar.
La palabra claramente declara que hacia el final de los tiempos, van a haber tribulaciones por todo el mundo. Va haber una necesidad de pensar razonablemente quienes estamos en Cristo para ayudarnos a ver de que hay victoria en la vida cuando Jesús está en el trono de nuestro corazón. Vivir en temor nos dejará de ver las bendiciones que Dios nos ha dado. De todas maneras, vivir en fe de la obra terminada en la cruz nos traerá vida abundante. Recordemos celebrar los milagros que están pasando a nuestro alrededor que están tomando lugar cada día. No lleguemos a ser complacidos con lo absurdo que está pasando en la vida, al contrario, conozcamoslos y oremos por guía entre ellos. Por aquellos que estamos en Cristo, no somos sobrevivientes durante la vida, somos más conquistadores sobrepasando nuestros problemas en la vida. Si Jesús es nuestro salvador y Señor, entonces tenemos que recordar quienes somos, y no temer a lo que el mundo le llama normal. ¡Amén!
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