Romanos 16:3 Saluden a Priscila y a Aquila, mis compañeros de trabajo en Cristo Jesús. 4 Por salvarme la vida, ellos arriesgaron la suya. Tanto yo como todas las iglesias de los no judíos les estamos agradecidos.
La lista de personas a quien el Apóstol Pablo da reconocimiento en Romanos Capítulo dieciséis son personas que han aceptado al Señor Jesús como su salvador y viven sus vidas lo mejor pueden. Estas personas sirvieron a las sombras de otros y ayudaron a establecer el Reino de Dios. Tenemos que saber que, sirviendo a la sombra de otros no se ve por desapercibido a los ojos de Dios. Muchas veces ponemos importancia a ciertas funciones de ministerios que hay muy populares. Los escenarios grandes y aquellos quienes ministran a menudo son venerados como más especiales que otros. Esto está lejos de la verdad y aún así, la gente sigue cayendo en esa mentira donde el enemigo constantemente nos señala que lo que estamos haciendo no tiene importancia en el Reino de Dios comparado con otros. Ahí está el primer problema, comparándonos con otros. 2Cor. 10:12 No nos atrevemos a igualarnos ni a compararnos con algunos que tanto se recomiendan a sí mismos. Al medirse con su propia medida y compararse unos con otros, no saben lo que hacen.
Leemos de un hombre que era siervo de Abraham, tenía un pacto con Abraham de buscar una esposa para Isaac quien Dios y Abraham aprobaran. Por medio de humildes oraciones, este siervo fue guiado a Rebeca quien aceptó el acuerdo del matrimonio con Isaac. Este siervo servía en la casa de Abraham, pero Dios lo usó para que se asegurara que el pacto con Abraham continuara. Una gran manera de servir a la sombra de un patriarca y aún así el rol del siervo en la historia es impactante. Gén. 24:2 Un día, Abraham dijo al criado más antiguo de su casa, que era quien administraba todos sus bienes: —Pon tu mano debajo de mi muslo 3 y júrame por el Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás de esta tierra de Canaán, donde yo habito, una mujer para mi hijo 4 Isaac, sino que irás a mi tierra, donde vive mi familia, y de allí le escogerás una esposa.
Samuel era un chico joven, quien servía a Eliseo el Profeta de Dios. Samuel era un siervo a la sombra de todos los que trabajaban en el templo. Los hijos de Eliseo eran corruptos y trataban al ministerio con desprecio. 1Sam. 2:17 Así que el pecado de estos jóvenes era gravísimo a los ojos del Señor, pues trataban con desprecio las ofrendas que le pertenecían. Aunque tenían el título de sacerdotes. Dios usó a Samuel para llevar la palabra de justicia que exponía todos los crímenes cometidos en el templo. 1Sam. 3:13 Ya le dije que por la maldad de sus hijos he condenado a su familia para siempre; él sabía que estaban blasfemando contra Dios y, sin embargo, no los refrenó. Samuel sirvió en la sombra de un profeta y sacerdote que, en el mejor de los casos representaban al templo y, en el peor de los casos corrompía la representación de Dios, aún así, Samuel creció en la bendiciones y favor del Señor.
Simón de Cirene metido en sus propios asuntos regresando del campo a la ciudad, fue forzado a cargar la cruz de Jesús. Lucas 23:26 Cuando se lo llevaban, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y le dieron la cruz para que la cargara detrás de Jesús. Solo estoy especulando, mientras pienso en la cruel procesión en que Simón se encontró cuando vio al hombre, Jesús, luchando bajo el peso de su cruz. De repente, un soldado Romano fuerza a Simón que levante la cruz de Jesús y sea parte de esa horrible procesión. Para los espectadores, Simón parecía ser partícipe en la crucifixión de Jesús, cargando la cruz, este acto fue la única momentánea alivio que Jesús tuvo por unos minutos sin tener la carga del mundo sobre sus hombros. Simón se encontró sirviendo en la sombra cargando esa cruz que también iba a ser la manera en que Simón recibiera su salvación y liberación de sus pecados.
Simón de Cirene cargó la cruz donde la maldición de los pecados de la humanidad fue clavada. No deshagas las pequeñas y a veces cosas inconvenientes que Dios te pide hacer. Rom. 16:6 Saluden a María, que tanto ha trabajado por ustedes. Todos nosotros que estamos caminando con el Señor, somos el resultado de alguien incansable haciendo cosas que Dios les ha pedido hacer. Ya sea que fue voluntariamente en la escuela o saludando amigablemente en la entrada de la iglesia, estos servicios se van acumulando a algo grande que solo Dios puede ver el resultado total. Rom. 16:9 Saluden a Urbano, nuestro compañero de trabajo en Cristo, y a mi querido hermano Estaquis.
Así como nos muestra el Profeta Zacarías, del no despreciar pequeños comienzos, cosas que parecen pequeñas en avanzar, o cosas pequeñas en comparación en las grandezas de otros. Zaca. 4:10a Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán. No dejes que el enemigo de nuestra alma nos haga sentir menos que rey y sacerdote que somos en Cristo. Satanás está celoso de la posición que tenemos en el amor de Dios. Satanás hierve en odio cuando Dios ve lo que has hecho por Él y reconoce tu fidelidad con bendiciones sobre tu vida. Rom. 16:12 Saluden a Trifena y a Trifosa, las cuales se esfuerzan trabajando por el Señor. Toda esta gente ordinaria a quien Pablo reconoce eran personas como tu, como yo quien decidió servir a la sombra de otros. Continuemos haciendo la obra que Dios nos pide hacer y démosle gloria a Él mientras lo hacemos. Bendiciones sobre todos nosotros.
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