Proverbios 9:10 »El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener discernimiento.

      Las personas contradictorias  siempre estarán entre nosotros, debido a la configuración predeterminada de la condición humana que es el pecado, estar perdido y amargura. Estas personas no pueden evitar ser negativas, porque ser negativo es una fuerza de pecado que todavía lleva sentencia de muerte. Rom. 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor. Aquellos que están en Cristo por medio de fe, pueden ser alentados a crecer, a tener una vista de corazón positivo en la vida, porque Jesús es vida y pagó por nuestros pecados en totalidad con Su vida.
      La única manera de silenciar a los contradictores es el vivir en victoria, mientras mantenemos nuestros pensamientos y corazón en las cosas de Dios. El Señor nos levantará fuera de la fosa de pecado. Salmos 40:2 Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme. Dios nos saca fuera de la existencia de pensar de nuestra vida, sin recordarnos de nuestro pasado, sin temor y ansiedad.
      Nehemías tenía unos cuantos contradictores quienes decían que el muro de Jerusalén era imposible ser construida. De todas maneras, en tiempo récord, el muro fue construido, porque Nehemías estaba llenos de esa visión, propósito y conocimiento de Dios para ese labor. Neh. 6:15 La muralla se terminó el día veinticinco del mes de elul. Su reconstrucción había durado cincuenta y dos días. Su enfoque era en la llamada y la carga que Dios que había puesto en su corazón. En cosa de corto tiempo Nehemías había silenciado a los contradictores.
      Un día cuando David llevaba comida a sus hermanos, quienes eran parte de la armada que habían sido amenazados por Goliat, David, aceptó el reto de Goliat. Sus hermanos empezaron a burlarse y contradecir la decisión de David. 1Sam. 17:28 Eliab, el hermano mayor de David, lo oyó hablar con los hombres y se puso furioso con él. Le reclamó: —¿Qué has venido a hacer aquí? ¿Con quién has dejado esas pocas ovejas en el desierto? Yo te conozco. Eres un atrevido y mal intencionado. ¡Seguro que has venido para ver la batalla! Después de un día de haber matado al gigante, David llegó a ser el nuevo héroe para la nación haciéndoles creer. Los contradictores se habían silenciando con la victoria que David había logrado por medio de fe.
      Vivir en victoria y demostrar las bendiciones de Dios en nuestra vida, es como finalmente podemos silenciar a los contradictores. El temor de Nuestro Señor es nuestra bandera, podemos realizar la dificultad de la tarea que se levanta, en las dificultades de los retos que se nos presentan. El Señor nos da Su sabiduría para lograr lo que Dios ha sembrado entre nosotros. Prov. 9:10 »El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener discernimiento.
      Muchos de nosotros tenemos miembros en nuestras familia que se burlan de nuestra creencia en Jesucristo. Cambian el tema cuando tú tratas de darle a Dios la gloria por milagros obvios que El ha hecho en nuestra vida y victoria ha ganado entre las circunstancias. Ridiculizan nuestros sinceros sentimientos hacia Nuestro Señor, porque ellos temen sus propia existencia inadecuada. Ellos responden desde una posición de vergüenza porque ellos todavía andan perdidos o controlados por sus propios delitos y pecados. Por lo tanto, sus contadurías llegan a ser un mecanismo de defensa, para blanquear su propia incapacidad de salvarse. Entonces, con falsa bravuconearía, ellos niegan y atacan para apaciguar el gusano ardiente que les come por dentro. Marcos 9:48 Donde »“su gusano no muere, y el fuego no se apaga”.
      Quienes están en Cristo, se les ha dado vida eterna y piadosa, se les ha dado una razón de mantener siguiendo el propósito que nuestro Señor ha puesto en nuestro corazón. Nuestra configuración predeterminada es la gracia de Dios obrando entre nosotros. No tenemos que preocuparnos por los contradictores porque ellos, son problemas de Dios. Nosotros solo tenemos que orar por el poder y la victoria en que vivimos por medio de Cristo. Amén!