Proverbios 20:30 Los golpes y las heridas curan la maldad; los azotes purgan lo más íntimo del ser.
Si tuviera alas, volaría a un lugar tranquilo, donde no tendría que enfrentar el dolor profundo que he causado. Si tuviera alas, volaría de las condenaciones que atormenta mi alma todo el día. Si tuviera alas, deslizara sobre el dolor que corta mi corazón cada vez que pienso en la traición que fue orquestada contra mi. Si tuviera alas, regresaría al pasado a reparar los eventos múltiples que me llevaron a este punto de agonía. ¡Ah, si tuviera alas!
Pueda ser que la razón de que Dios nos ha dado la ley de gravedad, en lugar de la habilidad de volar, es para poder mantenernos en un lugar y enfrentar nuestros problemas, que dolorosamente y con lágrimas las experiencias vendrán. No hay otra manera para este factor. Si eres humano, experimentarás dolor, traición y sufrimiento. Esto no todo es necesariamente algo negativo. A veces se necesita un evento contundente o traumático para sacarnos del ensimismamiento en la cual nos encontramos. Este brusco despertar pueda causar, enfrentar esa realidad que se necesita para obtener nuestra completa atención. Prov. 20:30 Los golpes y las heridas curan la maldad; los azotes purgan lo más íntimo del ser.
Reciéntenme, tuve que arrepentirme, cambiar mi manera de pensar y pedir perdón por eventos que fueron traídos a mi atención, debido a lo que escogí hacer para mi familia hace muchos años. ¿Estuve equivocado en lo que hice? Esto no es el punto. El punto es, que unos miembros de la familia sintieron que causé eventos dolorosos y traumáticos en sus vidas por mi “religión.” Sino fuera por la gracia de Dios y Su dirección para que tomara responsabilidad por mi conducta, verdaderamente hubiera preferido salir volando. My corazón lloró, “Oh, si tuviera alas, volaría a un lugar seco de lágrimas.”
Podría argumentar con declaraciones que se hicieron acerca de mi comportamiento ó traer sanidad a los corazones que estaban sufriendo. Las preguntas de sanidad empezaron, “Quiero tener la razón o quiero ser justo?” Gál. 6:1 Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado.
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