Proverbios 25:2 Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo.
Cuando voy a la biblioteca a recoger o devolver un libro, a veces voy a las mesas donde están armando rompecabezas para ver como van. Hay cuatro mesas a la par de una ventana inmensa que filtra una luz de ambiente sobre los rompecabezas en diferentes estado de completar. Personas que llegan a la biblioteca a veces se sientan en estas mesas a buscar piezas, cuando encuentran una o dos las colocan y continúan a lo que iban. Luego otras personas se sientan y hacen lo mismo. Esta mañana cuando estaba en la biblioteca, estaba yo solo en la mesa buscando piezas y encontré seis que cabían. Continué haciendo a lo que iba, hice mi parte de exponer más la imagen del rompecabezas, mis seis piezas abrieron una área para que otros puedan aprovechar.
¿No es eso lo que hacemos mientras vivimos nuestra vida? Hemos nacido a una ciudadanía en esta tierra por medio de la voluntad de Dios por una determinada dispensación de tiempo, para que quepan las piezas en el rompecabezas, en el panorama de la vida y su historia. Hemos sido creados con propósito, con un propósito y para un propósito ordenado por El Señor, todos tenemos una pieza del rompecabezas que otros necesitan para que todos podamos terminar el plan que Dios tiene para nosotros. Es nuestro derecho como humano, como un ser creado para encontrar los misterios de la vida y gozarnos con Dios cuando la encontramos. Con Su sabiduría, nuestro Padre Celestial nos da la sagacidad para investigar, descubrir y buscarlas. Prov. 25:2 Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo.
Todos tenemos un papel que desempeñar en el panorama general de la eternidad, porque Dios ha puesto la eternidad en nuestro corazón. Ecle 3:11a Él ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones. El Señor ha estado armando un plan de vida para nosotros y nosotros necesitamos descubrir en dónde y cómo ser parte de ello. Al mismo tiempo, debemos comprender que somos reemplazables. Si no asumimos la responsabilidad de nuestra llamada en la vida, entonces, alguien más viene y lo hace. Dios indicó a Elias que habían siete mil otros quienes nos habían doblado la rodilla a Baal, aunque Elias pensó que él había sido el único fiel siervo que Dios tenía. 1Reyes 19:18 Sin embargo, yo preservaré a siete mil israelitas que no se han arrodillado ante Baal ni lo han besado. Otras personas en el tiempo de Elias también estaban poniendo el plan de Dios obrando por el bien de la humanidad.
Ya que somos soldados en la armada de Dios, como las escrituras lo dicen, entonces somos parte de un panorama mucho más grande y somos esa pieza de la estrategia necesaria para llevar a cabo el Reino de Dios a esta tierra. Necesitamos ser sabios en enfocarnos en lo que el Maestro de nuestra alma está haciendo dentro de nosotros y poner atención a Sus instrucciones para no caer atrapados en la trivia de este mundo. 2Tim. 2:4 Ningún soldado que quiera agradar a su superior se enreda en cuestiones civiles. De la misma manera, como se indica el segunda Corintios capítulo cinco versos 18 y 19, somos ministros de reconciliación, entonces tenemos una pieza del rompecabezas de sanción que la gente necesita para ser reconciliada con Dios, con nosotros mismos y con otros. Nosotros tenemos a Jesús en nuestro corazón el sanador de las naciones.
Hemos sido descritos como la mano extendida de Dios en este mundo. Esa descripción trae una formidable responsabilidad hacia nosotros de ejercer lo que Dios nos ha dado para cumplir en el Reino de Dios. Es por eso que nos rendimos al Espíritu Santo, para ejercer lo que Dios nos ha instruido. Entonces, obedecer a Dios y encontrar la pieza del rompecabezas que se necesita para llevar a cabo las bendiciones de Dios a un mundo perdido, es un privilegio estar en este camino. Somos reyes y sacerdotes quienes servimos a Dios y tenemos la bendita oportunidad de buscar los misterios que Dios nos ha determinado a resolver. Apoc. 1:6 Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre: a Él sea gloria e imperio para siempre jamás. Amén.
Mientras continuamos hacia adelante en la vida y seguir poniendo las piezas del rompecabezas que hemos completado, ayudemos aquellos que están estancados con piezas difíciles para armar. Unas personas son muy buenas para resolver los más laboriosos rompecabezas, mover las piezas rápido poniéndolas en su lugar. Otras no tienen esa seguridad y toman tiempo meticuloso en poner cada pieza adelante, atrás, a los lados y en cada ángulo imaginable. Parece como que toman un mundo de tiempo para poner una pieza, pero entonces, cuando la encuentran y la colocan en su lugar. Puede que sea la pieza más importante del rompecabezas. La clave es de seguir buscando en donde cabemos y pertenecemos en el gran panorama de la invención de Dios. Seamos esa pieza que cabe la situación donde llevamos paz a todos nosotros. En el Nombre de Jesús!
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