Proverbios 16:3 Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.
En 1969, recuerdo cuando el galón de gasolina subió el precio de cuarenta y cinco centavos el galón. Muchas personas tenían miedo de no salir adelante financieramente. Un once por ciento de aumento en el costo en ese tiempo era inaudito. Era como que el cielo se nos estaba cayendo porque muchas personas estaban diciéndolo, hacía sentirse incierto sobre el futuro del bienestar de todos. Claro, viendo atrás, el cielo no se cayó y muchas de las preocupaciones e innecesario sufrimiento de la mente que tomó lugar, fue todo por nada. Mateo 6:25 »Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?
La escritura anterior nos advierte que no nos preocupemos cuando el tiempo se pone difícil o pervive ser abrumador. Esta es todavía una buena lección de llevarla en el corazón. Últimamente, muchas personas están expresando sus temores acerca del futuro, y hacen declaraciones como, “Recuerdo cuando las cosas eran mejores que hoy día.” Puede ser la edad de este grupo en que estoy, pero escucho estas declaraciones frecuentemente. Las palabras “Recuerdo cuando” parece salir como una expresión de vencimiento de los cambios difíciles de la vida que da lugar a cómo se sienten las personas, impotentes hacer algo en sus circunstancias. Entonces, ellos solo suspiran y dicen, “Recuerdo cuando la vida parecía ser mucho más fácil de manejar.” Ecle. 7:10 Nunca preguntes por qué todo tiempo pasado fue mejor. No es de sabios hacer tales preguntas. No estoy seguro si la vida será más fácil o preferimos escoger falsos recuerdos en que encontramos consuelo porque hemos sobrevivido hasta este punto. Pero ahora, porque no sabemos el futuro o los retos que vienen, estamos enfrentándonos con un set nuevo de ansiedades. Por lo tanto, nos consolamos con el pensar de “Recuerdo cuando.”
Lo que sé es, que el retorciéndose las manos y preocupándose acerca de los problemas que vienen sobre la tierra, no son buenas para nuestra paz interna o para nuestra capacidad de ser positivos hacia el futuro. Pensando constantemente y temiendo lo que está fuera de control afecta al estado emocional de una persona y a la salud de su cuerpo. El estrés finalmente causa enfermedades y dolencias por todo el cuerpo. Job 21:6 Si pienso en esto, me lleno de espanto; un escalofrío me corre por el cuerpo. Esta no es una buena manera de vivir o de planear nuestras metas. Por lo tanto, tenemos que comprometernos a nuestro camino con el Señor para que podamos tener respuestas verdaderas para planear nuestra vida con Dios en paz y saludablemente. Prov. 16:3 Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.
La salvación de Dios es para toda nuestra vida, en que incluye nuestro espíritu, alma y cuerpo. El Señor siempre está listo para proveer lo que necesitamos cuando le pedimos. Pero, parece haber una indicación en la palabra de Dios que el preocuparse y suspirar el pasado interfiere con las bendiciones que vienen hacia ti. Preocuparse y estrés debilita nuestra fe en creer que Dios está para nosotros. La fe es valiente y humildemente nos lleva hacia adelante a recibir de Dios lo que necesitamos para vivir victoriosamente. Estrés y preocupación nace del temor, y Dios no nos ha dado el espíritu de temor. Una fe auténtica cree en el amor que Dios nos ha dado y en la luz del amor de Dios, no hay tinieblas ni temor. 1Juan 4:18 Sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.
Nuestro Padre Celestial no está contra nosotros recordándonos eventos de los viejos años con recuerdos de expresiones de agradecimiento que teníamos para Él. Él Señor quiere que recordemos quién es Él. Él es el creador poderoso que está aquí por nosotros y quiere que recordemos los milagros maravillosos que nos ha dado durante nuestra vida. Por costumbre, recordar a Dios a diario durante esta vida en la tierra, nos ayudará a recordarnos de Él en los días difíciles. Ecle. 12:1 Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días malos y vengan los años en que digas: «No encuentro en ellos placer alguno» No es eso lo que las personas están diciendo ahora cuando dicen, “Recuerdo cuando la vida era mejor que ahora.” Están diciendo, “No encuentro placer alguno en los días que Dios me ha dado.” No hermanos, tenemos que ser agradecidos por la vida que Dios nos ha dado y usar nuestras vidas para llevar gracia y amabilidad a un mundo sin esperanza. Lam. 3:21 Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de esperanza: 22 El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota.
Podemos sentarnos y lamentar el hecho de que las cosas no son como eran. Pero prefiero recordar que cuando mi vida era un desorden, Dios me sacó de una horrible pesadilla y vivir para Él hoy día. Recuerdo cuando yo era un alcohólico y Dios me liberó de esa adición para que pudiera enfrentarme a los retos de hoy día con Su fuerza, puedo sentarme y recordar de muchas cosas que son probablemente mejor si no las recuerdo, pero prefiero recordar las bendiciones y oportunidades que he tenido durante mi vida desde que Jesús llegó a ser mi Señor y mi Salvador. Recuerdo cuando estaba perdido, pero ya soy encontrado en Cristo. Esto es algo para recordar. ¡Amén!
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