Prov. 7:1 Hijo mío, pon en práctica a mis palabras y atesora mis mandamientos.
He estado enseñando una clase acerca de responsabilidades que tenemos como individuo para nuestro crecimiento en bienestar espiritual, emocional, mental y físico. Nosotros representamos el reino de Dios y tenemos el Espíritu de Dios en nosotros. Rom. 8:11 Y, si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. ¿Porque es que nos cuesta tener una vida victoriosa si la palabra de Dios dice que el poder de la resurrección vive en nosotros? Parece como que vivimos en una sociedad culpable, la sociedad ha llegado a tener la culpa por todo lo que nos pasa en la vida. Culpar a alguien se a filtrardo también en nuestra iglesia. Declaraciones como, “es la culpa del pastor el porque estoy estancado en mi crecimiento como cristiano. La música es muy fuerte ¿cómo puedo adorar?” Es una las excusas frecuentes últimamente.
De la única manera que podemos crecer es admitir nuestros errores y aprender de ellos. La única manera que podemos aprender de nuestros errores es admitir de lo que hemos hecho y de lo que estamos haciendo y haremos en ciertas áreas de nuestra vida. Hasta entonces podemos avanzar como personas maduras de Dios y llegar a ser competentes en llevar la palabra de Dios en nuestro ser. Prov. 7:1 Hijo mío, pon en práctica a mis palabras y atesora mis mandamientos. ¿Quién es responsable de lo que escojo? Yo soy. Dios me ha dado un libre albedrío para escogerlo a El sobre todo aquello insípido que el mundo ofrece siete días veinticuatro horas constantes. Ya que somos responsables por lo que hacemos en la vida, vengamos con valentía al trono de Dios y admitir nuestras necesidades por su misericordia y gracia para ayudarnos a crecer en Cristo. Bendiciones.
0 Comments