Prov. 17:6 Corona de los viejos son los nietos, Y la honra de los hijos, sus padres.
A mis hijos a quienes amo.
Recuerdo un viaje que mi hijo más joven y yo hicimos juntos en el 2007. Fue un viaje de padre e hijo a Australia porque mi hijo nació allá y durante ese viaje llegaría a los 20 años de edad. Él no tenía ningún recuerdo de Australia porque nos mudamos a Canadá cuando tenía un año. Pasamos un tiempo maravillosa viajando a lo largo del gran y libre estado de Queensland y pude introducir a mi hijo a sus raíces, por así decirlo. Después de tres semanas en Australia, pensamos en pasar la última semana de nuestras vacaciones en Honolulú, Hawaii. En Honolulú caminábamos hacia el acceso a la playa al lado del Hotel Hilton, cuando nos fijamos en un anciano de aproximadamente ochenta años con su hijo. El hijo ayudaba a su padre a atravesar la calle permitiéndole usar su brazo para estabilizarse conforme avanzaban por el cruce. Mi hijo de veinte años los vio y sonrió radiantemente diciendo, “Papá, mira, así estaremos tú y yo en 30 años cuando viajemos juntos.” En ese momento sentí gran felicidad, porque mi hijo se veía como parte de mi vida. Proverbios 22:6 Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Este recuerdo me hizo sonreír hoy.
Un día en Redcliffe, Queensland, Australia, mi hijo mayor –que tenía cinco años en esa época- estaba pescando en el muelle conmigo y mi amigo Don. Era una tarde cálida y silenciosa. Había como ocho otros pescadores ancianos tirando su caña e intentando atraer a diferentes peces. Nadie lograba agarrar nada. De pronto la caña de pescar de mi hijo se dobló al máximo y él está pidiendo ayuda para lograr sacar su pez. Logramos agarrar a un pez de diez libras, y todos en el muelle se acercaron para ver la presa a los pies de mi hijo. De pronto, mi hijo con sus manos en las caderas, y en un tono alto de voz dice, “Pues, bendito sea el SEÑOR, no papá.” Mi amigo Don y yo comenzamos a reír y contestamos, “Amén, bendito sea el SEÑOR”. Isaías 11:6-B y un niño pequeño los guiará. Este recuerdo me hace sonreír hoy en día.
Hace muchos años cuando mi hijo más pequeño tenía nueve años, llegué a casa después de un viaje y mis hijos me abrazaban y estaban felices de verme de vuelta. Había tenido un viaje de negocios muy exitoso y me sentía bien porque había logrado conseguir algunas cuentas muy prósperas. Me quedaba algo del dinero que había llevado al viaje así es que le di a cada uno de ellos un billete de diez dólares. Mi hijo más pequeño vio el dinero en la mano de su hermano y el dinero en su mano, y con una mirada seria pero un destello de picardía, apuntó su dedo hacia mí y me dijo, “¿Qué hiciste con mi padre?” Comencé a reír. Que buen momento, qué buen sentido del humor. Estaba tan agradecido con Dios por unos hijos tan maravillosos. Salmos 127:3 He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. Este recuerdo me hace sonreír hoy.
Este año para el Día de Gracias mi hijo mayor nos acompañó en la cena. Antes de comer, pedí a todos alrededor de la mesa que compartieran algo por lo que estuvieran agradecidos este Día de Gracias. Hubo algunos buenos momentos de expresión de agradecimiento, pero ninguno fue más bendecido que cuando mi hijo dijo que estaba agradecido por estar en buen estado de mente y estar en el lugar correcto con su familia. Que Dios había hecho un buen trabajo con él. A lo largo de los últimos años había pasado algunos momentos muy difíciles, pero logró encontrar su camino de vuelta a casa y ahora estaba viviendo en la gracia que Dios y la familia dan con generosidad a aquellos que aman. Lucas 15:20Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Este recuerdo me hace sonreír hoy.
¿Qué te hace sonreír hoy? Somos más ricos de lo que pensamos y la moneda que utiliza Dios no siempre es en efectivo. El Señor nos bendice de maneras que son incalculables y más allá de las riquezas mundanas. Su agenda para nosotros es lograr que escojamos aquello que es eterno y estos pensamientos me hacen sonreír hoy. Mateo 6:20 Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Find Other Devotions About:
Gracias Dios
amen