Proverbios 23:2 Si eres dado a la glotonería, domina tu apetito.
No quiero ser insensible en ésto, pero, hice ojos cuando escuché a un doctor en la radio CBC en una entrevista diciendo, “Ya no se llama – alcoholismo, ahora se llama, trastorno por consumo de alcohol.” Ya puedo escuchar a los hombres y mujeres que finalmente llegaron de acuerdo con su alcoholismo, diciendo, en la próxima reunión de AA, “Buenas tardes, mi nombre es Norm, y soy víctima del trastorno de alcohol.” No! Para ser completamente curado de ésto, tienes que tomar responsabilidad por lo que es, la adicción del alcohol no es un trastorno decorado con florecitas. Perdónenme pero, antes de conocer la Señor como mi salvador, yo era un estupido como borracho alcoholico. Que yo solo tenía problemas con trastorno de alcohol, ah por favor!
¿Cuando vamos a ser hombres, por así decirlo, y dejar de culpar nuestros problemas a un nuevo trastorno? Como la mayoría de ustedes, yo también tengo compasión por personas que sufren bajo cualquier adicción opresiva, pues, sino fuera por la gracia de nuestro Señor, ése soy yo. Nosotros, como sociedad, queremos respuesta para aquellos que necesitan ayuda en romper las adicciones, pero como dijo Anne Lamott, “¿Cuándo vamos a dejar de tratar de curar nuestra mente estresada con nuestra mente enferma y estresada.?” Necesitamos repuestas reales y verdaderas no otro trastorno médico para culpar. Mateo 15:14b Y, si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un hoyo.
A finales del los años de 1970, yo era un alcoholico. Finalmente cuando acepté personalmente la responsabilidad de mis actos con el alcohol pude romper el hábito con Dios quien me sanó con su gracia y poder sobre mi vida. Por medio de Su gracia, yo todavía vivo bendecidamente sobrio hasta hoy día. Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Hace unos años, ayude a un joven adicto a la heroína, necesitaba liberarse de su despiadado anhelo de ésta droga. Cuando él estaba en su punto más bajo de su adiccion, él quería ser libre, y quería esa libertad con toda su mente, alma y corazón. Estoy feliz de decir, que hoy día, él vive libre de drogas con una vida sana, llegando a ser un gran esposo y padre.
Una de la cosas que él se quejaba en ese entonces cuando batallaba su adicción era, que los doctores que le daban la prescripción de metadona estaban inmediatamente listos para agregar la dosis si veían algo insignificante. Él me dijo, “Los doctores creen que están ayudando al contemplar al adicto, porque casi están garantizando que el adicto va a fallar en su recuperación, porque los doctores nos ven como víctimas, y no como personas que podamos progresar.” ¡Increíble, que perspectiva!
Éste joven sentía que estaba luchando una batalla con dos frentes. Estoy parafraseando lo que él dijo, ” Estaba adicto a la heroína, pero los doctores me trataban solo como un desafío farmacéutico. Es muy difícil salir del sistema de drogas, sea legal o ilegal.” Yo no creo que todos los doctores sean así. Hay muchos doctores buenos y con compasión como consejeros de adicción que están estancados en un sistema de legislación médica que promueve prescripciones más que la curación. Por lo tanto, salen con más nombres de trastornos y síndromes para tratar de acomodar la multitud de gente dolida buscando ayuda. Puedo contar en decir que, “médico, cúrate a ti mismo.”
Vivimos en una sociedad inquieta donde el apetito de todo lo que sea sensacional y extremo también trae un extremo excesivo de alcohol, drogas y otras arriesgadas cosas indulgentes en la vida. Prov. 23:2 Si eres dado a la glotonería, domina tu apetito.Tener un comportamiento auto-destructivo ha llegado a ser una corriente principal. Los resultados son adicciones a cualquier cosa que duerma o alivie el presente dolor en la vida. Vamos a necesitar más que solo un titulo en estas almas que sufren un trastorno. Necesitamos un poder real, el tipo de poder que solo Dios tiene.
Cuando empezamos a llamarle al pecado por lo que es, y no cubrirlo con otro eslogan más suave, entonces el resultado llega a ser una curación completa para los perdidos, adictos y tormentados. Dios nos pídele que confesemos nuestros pecados a Él para deshacernos de ello, de lo que causa y su efecto finalmente fatal. El camino hacia la recuperación es pedirle a Dios por Su poderosa ayuda. 1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. La gracia de Dios y una consciencia limpia nos da fuerza para romper el hábito.
Con solo el llamar cada dificultad humana un trastorno, no es un servicio para aquellos que quieren salir de esa condición. “Buenas tardes, mi nombre es Norm, tomo responsabilidad de mis desiciones que he hecho en mi vida.” Porque con sólo que me arrepienta de lo malo que he hecho, me comprometo durante mi vida. Mi mal comportamiento no era una enfermedad, era un pecado y debo de confesarlo a Dios para poder deshacerme de ello.
Es Dios quien nos da poder para sobresalir y pelear cualquier adicción que quiera pegarse a mi cuerpo y alma. 2 Cor. 10:4 Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. 5 Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. Así es como ganamos. Lo hacemos con Dios! Que nuestro Señor nos dé a todos la capacidad de sobresalir las batallas en que estemos pasando. Amen!
0 Comments