Proverbios 3:28 Nunca digas a tu prójimo: «Vuelve más tarde; te ayudaré mañana», si hoy tienes con qué ayudarlo.
Mientras caminaba, pasando a un hombre sin hogar en la calle, noté de él, pero no lo veía por quien él en realidad era, o quien era antes que llegara a vivir en la calle. No veo el hecho que tiene mamá, tal vez una hermana o hijos. Solo veo la caparazón de una persona quien está mendigando con una mirada hacia la nada. Estoy seguro que una vez él tuvo sueños y ambiciones que de una manera perdió el significado durante el camino. Quien dice que tal vez, todavía tenga metas y sueños de salir de la calle. Pueda ser que me entere, si me detengo y le hablo, pero mientras sigo caminando y lo paso, solo noto su pobreza y claro, no veo su corazón. Tendemos a notar a los que viven en las calles, pero no los vemos ni a su situación.
Últimamente, hemos visto a la población de los indígenas nativos en Canadá por la multitud de tumbas sin nombres que se han descubierto. Esta atrocidad está señalando al mundo lo que las personas de la Primera Nación siembre han sabido las barbaridades en las desiciones de nuestro histórico y actual legislativo, ha ocasionado que este segmento de sociedad ha sido notado pero no visto como personas. De todas maneras, después de descubrir las numerosas tumbas sin nombres que los nativos siempre sabían que existían, ahora estamos viendo a esta gente por primera vez. Ojalá, que podamos verdaderamente reconciliar en espíritu y el verdad y no solo ofrecer cosas falsas y clichés como, “Tenemos que esforzarnos mas, bla, bla bla.” Prov. 3:28 Nunca digas a tu prójimo: «Vuelve más tarde; te ayudaré mañana», si hoy tienes con qué ayudarlo.
Sino fuera por la pandemia, no se hubiera a dar a conocer que tan mal hemos estado tratando a nuestros ancianos, metiéndolos en lugares supuestamente llamados hogares de ancianos. Continuaríamos notando a los ancianos pero no verlos de la manera que nuestro Señor los ve. Salmos 92:14 Aun en su vejez, darán fruto; siempre estarán vigorosos y lozanos. Aunque la palabra de Dios nos dice que los ancianos darán fruto en su vejez, nuestro estilo de vida no tiene lugar para estos ancianos en necesidad. Puede que ahora los veamos y mejoremos la manera en que los cuidamos.
En algún momento de nuestra vida, todos hemos tenido experiencia en ser vistos por quienes en realidad somos. Unos se sienten como si no fueran personas mientras caminan pesadamente en la vida. Otras personas se sienten como que están viviendo sin existencia, llegando a tener lugar en su mente y corazón el escoger de hacer el esfuerzo de ver y reconocer a otros quienes se están sintiendo de la misma manera en que ellos se sienten. Si queremos tener amigos, tenemos que extender una mano amigable. Cosechamos lo que sembramos. Tenemos que sembrar esfuerzos sinceros hacia otros si queremos ser vistos. Tenemos que empujar la neblina de la vida y ver a otros en lugar de solo notar una multitud. Si te sientes solo entonces extiéndete a los solitarios. Si tienes depresión, extiéndete a los que están sufriendo de la misma tristeza que sufres. Lucas 6:38a Den, y se les dará.
Esto es esperanza. Nuestro Dios sabe exactamente en donde estamos en el mapa del mundo. Santiago 1:1Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que se hallan dispersas por el mundo: Saludos. Él sabe nuestra dirección y nuestra situación. El Señor nos ve por quien Él no hizo ser en Él. Algunas personas puedan sentirse que no son notados ni vistos, pero ten la seguridad, nuestro Padre Celestial nos ve individualmente en este preciso momento y planea nuestro futuro. El Señor nos conoce íntimamente. Jer. 29:11 Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Dios ve todas nuestras situaciones durante toda nuestra vida. Salmos 121:8 El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre. Para nuestro Señor, nunca somos sin existir o no ser persona. Somos la creación que Él ha escogido.
Mientras me llegan los años, espero llegar a madurar en un lugar donde veo a mi compañero, de la misma manera que Jesús los ve a ellos en lugar de que yo solo los he notado. Sería imposible de ver a todas la personas en el mundo, de todas maneras, podemos empezar en ver a nuestros hijos y saber que es lo que está en sus corazones. Que empecemos a ver a nuestros vecinos, cajeros a las tiendas que frecuentamos y quienes estamos en contacto seguido. Podemos sinceramente preguntarle a las personas en nuestra iglesia donde atendemos. “¿Como se sostiene tu alma durante estos tiempos difíciles.” Tomemos nuestro tiempo par aver a otras personas que Dios ha creado, nos ayuda a ver a nosotros mismos quienes en verdad somos. Que podamos estar a la altura del desafío que se nos presenta y empecemos a ver. Señor, ten misericordia en nosotros.
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