Mateo 6:20 Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar.
No puedes robarle a ninguno la disciplina a alguien quien ya ha establecido sus reglas de conducta, resultados fieles y una fuerza de motivación que se le ha dado a aquellos quienes están comprometidos a ser disciplinados. Que maravilloso tesoro es la disciplina para quien lo ha encontrado y aplicado a su vida. La razón que le llamo tesoro es porque la disciplina no tiene precio si la usas para guiar tu vida hacia la llamada que Dios ha puesto a tu corazón y a las metas que te has puesto. El no tener disciplina, la mayoría de los proyectos se descarrilan y empieza a derrumbarse y se detiene abruptamente, incluyendo todas la promesas hechas personalmente como el de perder peso, de estudiar más, trabajar duro, romper adicciones y cualquier otra promesa vacía que fluye de alguien que no se compromete totalmente y no tiene ninguna clase de disciplina.
¿Porqué aquellos que son comprometidos de ser disciplinados en un proyecto o crece en su entreno y llega a ser con mejores resultados en muchas áreas de sus vidas? Las escrituras dicen que aquellos que escuchan y aplican las enseñanzas del Señor recibirán más comprensión y capacidad de hablar en lo que ha sido comprendido. Marcos 4:25 Al que tiene se le dará más; al que no tiene hasta lo que tiene se le quitará». Aquellos que no escuchan las lecciones de disciplina perderán la fuerza de voluntad que les queda. También serán objetos fáciles a que les roben cualquier remonte que tengan a un vuelo de lucha de tentaciones en su vida, dejándolos vulnerable al ataque del enemigo.
Yo he dicho, “La disciplina es un cruel maestro, pero necesario compañero para tomar una posición en la vida. “Claro, que llega el día cuando la disciplina hace sus demandas de fuerza de voluntad de nuestra alma, que parece ser muy difícil en el momento para seguir adelante con el desafío, pero cuando obedecemos y salimos adelante, hay victoria. Trato de tener amistades con aquellos que han adoptado la habilidad de ser disciplinado para que yo sea animado a mantenerme a mi meta. Pregúntale a cualquiera que se salió de su meta, que gradualmente se encontraron en un desastre de su propia culpa, que con poca pereza llegaron a ser indiferentes y apáticos ante los desafíos cotidianos. Prov. 24:33 Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado de brazos… 34 ¡y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez como un hombre armado!
El apóstol Pablo nunca habría podido haber sobre pasado lo que sufrió si no hubiera sido un hombre con disciplina en su llamada y su unción de ministrar la palabra de Dios. ¿Cómo pudo soportar tanta persecución y dificultades, aún así siempre fiel al Señor? 2Cor. 11:24 Cinco veces recibí de los judíos los treinta y nueve azotes. 25 Tres veces me golpearon con varas, una vez me apedrearon, tres veces naufragué, y pasé un día y una noche como náufrago en alta mar. 26 Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro; en peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros de parte de mis compatriotas, peligros a manos de los no judíos, peligros en la ciudad, peligros en el campo, peligros en el mar y peligros de parte de falsos hermanos. 27 He pasado muchos trabajos y fatigas, muchas veces me he quedado sin dormir, he sufrido hambre y sed. Muchas veces me he quedado en ayunas y he sufrido frío y desnudez.
Yo sé que es sarcástico, pero Dios mío, un poquito de disciplina de nuestra parte traerá resultados a nuestro corazón. Hoy día hay personas amenazando dejar la fe porque tienen que estacionarse tan lejos de la entrada de la iglesia, o el pastor no reconoció y agradeció a la persona porque llevó palillos de dientes el día de campo anual de la iglesia. Por favor, tenemos que madurar en Dios guiándonos siempre. Pablo mantuvo sus emociones y cuerpo bajo control para que él no llegara a ser complaciente o con derecho en el ministerio al que Dios lo había llamado. 1Cor. 9:27 Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que después de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado. Nadie hubiera podido robar la disciplina de Pablo, ni Satanás.
Solo Josue y Caleb mantuvieron su disciplina y fe creyendo en las promesas de Dios que la tierra de Canaán se le había dado a la nación de Israel. Creciendo en la incredulidad en que los diez espías habían creado por medio de un informe negativo, Caleb habló con valentía. Núm. 14:9 Así que no se rebelen contra el Señor ni tengan miedo de la gente que habita en esa tierra. ¡Ya son pan comido! No tienen quién los proteja, porque el Señor está de parte nuestra. Así que, ¡no les tengan miedo! Lo triste fue que la nación de Israel estaba en la puerta de recibir la promesa de Dios pero no pudieron obtenerla porque la mayoría votaron fielmente por el temor e incredulidad de los diez espías. Josue y Caleb necesitaban mantener su disciplina de fe hacia Dios por otros cuarenta días hasta que la promesa se cumpliera. Estos hombres de fe lograron entrar a la tierra de Canaán por la disciplina que tenían que no era posible robarla.
Así como voy creciendo en la fe que Jesucristo mi Señor ha establecido en mi corazón por medio de Su sacrificio en la cruz, haré lo mejor en mantenerme como hijo fiel ante Dios el altísimo. Con su gracia, seré disciplinado en todas la áreas de mi vida para que pueda decir como el apóstol Pablo dijo al final de su recorrido de servicio en esta tierra. 2Tim. 4:7 He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Yo también quiero tener la capacidad de decirle al enemigo de mi alma, “Por medio de la gracia y misericordia de mi Señor y salvador Jesús, no puedes robar mi disciplina que tengo en Cristo! Ya he sido pagado por completo por medio de la sangre de Jesús. Se ha dicho y ya es un hecho.” Amén y amén!
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