Proverbios 12:25 La angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra.
Los innumerables casos de cuestiones de identidad que están apareciendo en la vida de la gente, ha llegado a ser un problema social inquietante. Desde disforia de género a todo trastorno posible que se pueda imaginar. Prov. 12:25a La angustia abate el corazón del hombre. Esto causa niveles de ansiedad al punto de la ansiedad misma, y refiere como un trastorno de ansiedad. Y en numerosos casos, en éste sufrimiento las personas se han quedado en algo personal, como ofenda, dolido, insultado o algo que se debió haberse perdonado años atrás. En algunos casos, el resultado de la esclavitud de sentirse rechazado, es desear la muerte o un auto-odio, aplastamiento del alma con temor al futuro. Entonces, ¿aquí quien es el prisionero? No puedes esconderte de ti mismo.
Donde quiera que estés, no puedes esconderte de ti mismo o de lo que has sido creado para ser en esta tierra. Si no me crees, solo pregúntale a las miles de personas que viven con depresión quienes buscan la manera de salir de su Problema número uno, ellos mismos. Jonás no podía escapar de su rabia y depresión cuando Dios iba a tener misericordia por los de Asiria quienes Jonás consideraba un enemigo de su gente. Jonás 4:3 Así que ahora, Señor, te suplico que me quites la vida. ¡Prefiero morir que seguir viviendo! Jonás sabía el problema que podía causar el imperio de Asiria a la nación de Jerusalén.
Es por eso que Jonás dispuso escaparse a Tarsís. Pensando que si se desaparece, podría manipular a Dios en que juzgue a Nianevah . De todas maneras, mientras Jonás se escondía, se dio cuenta, que no podía esconderse de Dios o de él mismo. Entonces la respuesta desmoralizada para marinero fue, “Tirame a la tormenta.” Jonás 1:12 —Tómenme y láncenme al mar, y el mar dejará de azotarlos —les respondió—. Yo sé bien que por mi culpa se ha desatado sobre ustedes esta terrible tormenta. Las respuestas de Jonás por su sufrimiento fueron, “Dios, ya quitame la vida, marineros, tírenme al mar.” Que deseo de morir más fuerte. Es el por eso que tenemos que perdonarnos a nosotros mismos cuando Dios ya lo ha hecho.
El salmista tenía dificultad de escaparse de su propio temor. Estaba vencido. Su respuesta de salir de su ansiedad era el querer volar de todo. Salmos 55:6 ¡Cómo quisiera tener las alas de una paloma y volar hasta encontrar reposo! Cuando no puedes liderar con tus propios problemas del corazón, la respuesta parece ser querer escapar del dolor que causa el problema. Pero no importa a donde vas, pues tu vas contigo.
Nuestro Señor comprende esta intranquilidad en la que podemos caer cuando no le entregamos nuestros problemas a Él. Es el por eso que Él nos dice que lleguemos hacia Él y que le entreguemos todo. Mateo 11:28 »Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Lo que debemos realizar es, si, nos rendimos a Él con nuestro desastre de vida que llevamos, es entonces cuando Dios nos acepta para que cooperemos con Él en llegar a sanar nuestro corazón. El sanar aveces quiere decir que tenemos que perdonar todo aquel quienes nos ofende y perdonarnos a nosotros mismos por que Dios ya nos ha perdonado. Una vez perdonas, ya no más tienes que esconderte de ti mismo. Las puertas de cárcel que has creado llegan abrirse por completo, y descubres quién eres en Cristo, en lugar de tratar de sobre salir otro trastorno.
Llegamos a ser quienes somos en Cristo para toda la eternidad. No hay lugar para esconderse en el reino de Dios. No habrá falta de perdón o trastornos siguiéndonos en la puerta de la muerte. La obra finita de la cruz nos ha dado la oportunidad de ser transformados a una persona que Dios ha creado que seamos a ese lado de la muerte. ¿Porqué destruir esa fiesta a la que estamos invitados? ¿Porqué agarrarnos del deseo de morir cuando la muerte en una certeza para todo humano?
Es ya tiempo de quitarnos esa venda de la herida que hemos causado y lleguemos al programa de sanidad de Dios. Ya es tiempo de dejar de tratar de escondernos de nosotros mismos y aceptar que Dios, ha creado un milagro en quienes somos. Salmos 139:14 ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!
0 Comments