Proverbios 17:12 Más vale toparse con una osa a la que le quitaron los cachorros que con un necio empecinado en su necedad.
Un día muy caluroso de verano, tuve que salirme de la carretera en la subida del paso de Kootenay. Es muy común que el motor de los carros se sobrecalienten a medida que avanza a treinta kilómetros por hora ascendiendo en la carretera hasta la cumbre. Mientras esperaba que el motor enfriara un poco, dos osos cachorros salían del bosque sin ninguna prisa cruzando la carretera enfrente mi carro. El pelo de mi nuca empezó a erizarse mientras buscaba a mi alrededor por la madre de los osos. No era una sensación segura ni cómoda saber que podía estar en medio de una osa protectora y sus cachorros. En lo que a mí respecta, el motor estaba suficiente frío, era momento de salir de ahí.
Es inquietante ver la fuerza brutal, la agilidad y la velocidad que el oso puede usar para atacar. La feroz garra instintiva que usan los osos, una persona puede llegar a tener deformes cicatrices permanentes si es que sobreviven. Aún así, la palabra de Dios dice que estaría mucho mejor encontrándome con una mamá osa y su instinta protección, que estar con un necio que se empeña en llevar a cabo su necedad. Parece ser que los necios son más peligrosos que un oso viniendo hacia ti con intenciones amenazantes y bravuconería territorial. Prov. 17:12 Más vale toparse con una osa a la que le quitaron los cachorros que con un necio empecinado en su necedad. Realmente te hace pensar acerca del peligro oculto que se mantiene en un necio y te afecta en la vida.
En numerosas ocasiones, he aconsejado a personas que se deshagan del necio, tonto, bueno para nada o el narcisista de su vida. Pero por alguna razón, las personas creen que pueden instruir al necio y que el tonto va a recibir el consejo y cambiar su vida. La palabra claramente dice que la necedad no se puede apalear o pulverizar fuera de la persona. Prov. 27:22 Aunque al necio lo muelas y lo remuelas, y lo machaques como al grano, no le quitarás la necedad. Esto es un asunto del corazón, y solo Dios puede componer un corazón. Un necio desempeñado a necedades es muy peligroso porque los pecados de un necio pueden ser participantes a tener un efecto eterno y traer daño a todos los que lo rodean.
En 1Samuel capítulo veinte y cinco hay una historia de un hombre necio llamado Nabal que se empeñaba a ser irresponsable en sus decisiones, no importando el hecho que sus decisiones podrían ser mortales hacia él y posiblemente a su familia. Su esposa se llamaba Abigaíl y ella era una mujer inteligente, justa, muy influyente y sobre todo muy valiente, aún así él hacía decisiones tontas. La situación plantea una pregunta, como fue que Abigaíl resultó casándose con un semejante idiota. Estoy adivinado que puede ser que fue un matrimonio arreglado que era común en ese entonces. Sin embargo, su sabiduría y actuaciones rápidas salvaron a su gente y a sus empleados, pues David iba en camino a destrozar a todos por la manera tonta en que Nabal estaba tratando a los hombres de David.
En este caso, era mejor para Nabal, su familia y sus empleados que se encontraran con una mamá osa recién robada de sus cachorros que la espada de destrucción que venía hacia ellos. La valentía de Abigaíl sobrepasó la tontería y salvó a todos 1Sam. 25:32 David le dijo entonces a Abigaíl: —¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te ha enviado hoy a mi encuentro! 33 ¡Y bendita seas tú por tu buen juicio, pues me has impedido derramar sangre y vengarme con mis propias manos! En diez días de este evento, Nabal falleció de un colapso cardíaco y se mantuvo estupido hasta el final. El resultado de su vida es un ejemplo de tontería. Claro que podemos escoger mejor que él.
Estamos viviendo en tiempos cuando las tonterías son practicadas y aún premiadas. El pecado es presumido y ostentoso en toda clase de plataformas de medios visuales. Solo porque muchas personas están viviendo de esta manera no quiere decir que tengamos que ser estúpidos también. Dios nos ha dado para escoger Su justicia por medio de Cristo para no ser contado entre los tontos peligrosos quienes han escogido su propia mundanería. El caminar con Dios es caminar con sabiduría. El caminar con Dios es recibir discernimiento en nuestro corazón. Prov. 9:10 »El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener discernimiento. Mantengámonos alejados de osos peligrosos y tontos similares, y dejemos que Dios guíe a nuestro corazón escoger Su sabiduría dada de por vida. ¡Amén!
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