Proverbios 23:29 ¿De quién son los lamentos? ¿De quién los pesares? ¿De quién son los pleitos? ¿De quién las quejas? ¿De quién son las heridas gratuitas? ¿De quién los ojos morados?
En el jardín de Edén, Satanás subrepticiamente acusó a Dios de ocultar el conocimiento a Eva. Gén. 3:5 Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal. Adán y Eva tenían todo el conocimiento que necesitaban en ese entonces para vivir una vida sana. Satanás engañó a Eva para que dudara de la integridad de Dios. El diablo hizo esto porque todavía estaba y está celoso, es un mal perdedor quien quiere ser más grande que Dios. Isa. 14:13a Decías en tu corazón: «Subiré hasta los cielos. ¡Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios! Gracias a nuestro Señor que Satanás fue echado fuera del cielo para siempre. Lucas 10:18 —Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo —respondió él—.
Pueda ser que los mal perdedores son, en cierto grado, demente. ¿Fue una locura que Caín llegara a ser un mal perdedor, por un acto venganza perdió todo lo que tenía porque Dios veía con favoritismo la ofrenda de Abel? Gén. 4:5 Pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. Por eso Caín se enfureció y andaba cabizbajo. ¿Cómo fue que las malas decisiones de Caín llegara a ser la culpa de Abel? Así como cualquier mal perdedor, Caín tuvo que buscar a alguien más que él mismo para acusar por su falta de carácter entre su propia alma.
De una manera resbaladiza, los diez espías acusaron también a Dios por hacerlos sentir tan pequeños a comparación de los gigantes en la tierra de Canaan. Ellos no pudieron obtener suficiente valor para ir a la tierra que Dios les había prometido. Los culpables eran Dios y los gigantes que la gente de Israel no podían realizar sus sueños. Núm. 14:3a ¿Para qué nos ha traído el Señor a esta tierra? ¿Para morir atravesados por la espada, y que nuestras esposas y nuestros niños se conviertan en botín de guerra? Aunque Dios sea para nosotros, el culpar a Dios por todo lo que nos pasa es una forma de desviar las responsabilidades personales. El mal perdedor busca excusas para decir, “¿Porqué Dios me esta haciendo esto a mí? ¿Cómo puedo salir adelante si Dios está contra mí? Es muy claro que es algo que Satanás diría.
Entonces, dejemos que nos responda la pregunta en Proverbios. Prov. 23:29 ¿De quién son los lamentos? ¿De quién los pesares? ¿De quién son los pleitos? ¿De quién las quejas? ¿De quién son las heridas gratuitas? ¿De quién los ojos morados? ¿Quien tiene todos estos problemas? Todos aquellos que no toman responsabilidad por lo que hacen y aquellos que no toman acciones adecuadas en su vida. Dios ha dicho en su palabra, que Él es para nosotros y nos ha pedido que escojamos vida y no las cosas que nos dirigen a la muerte. En cambio el diablo, ayuda a cualquiera que escoja cada posibilidad de fracasar disponible para aquellos que llegan a ser mal perdedores como él mismo. Satanás está tratando de reproducir gente de su misma especie. ¿Verdaderamente queremos ayudar a la agenda del enemigo? La decisión es nuestra. ¿Cómo quieres vivir? Josué 24:15b Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor». ¡Amén!
0 Comments