Proverbios 30:3 No he adquirido sabiduría, ni tengo conocimiento del Dios santo.

      Génesis 6:5 Al ver el Señor que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal. Este verso me hace sentir mal por Dios. Me duele el corazón cuando leo hasta donde llega la condición de perversion humana, tan corrupta que lo único que sale de la humanidad veinticuatro horas diarias en una continua maldad. Efes. 4:19 Han perdido toda vergüenza, se han entregado a la inmoralidad, y no se sacian de cometer toda clase de actos indecentes. No es de extrañar el porque Dios destruyó la población con una inundación mundial.
      ¿Porqué somos tan conspiradores e insistentes en caminar en el filo del cuchillo de las leyes de Dios? Negociamos nuestros regalos eternos por una satisfacción pasajera y nos preguntamos el porque no hay sensación de satisfacción en la vida. Le he preguntado a Dios en porque sigo discutiendo con Él en ésto en particular, y lo que pasaba, es que Él estaba mostrando en mi vida en lo que yo necesitaba cambiar. Él me dijo, “tu no tienes humildad en esta área.” ¡Ay! Prov. 30:3 No he adquirido sabiduría, ni tengo conocimiento del Dios santo. Claro, tuve que arrepentirme de lo feo en mí y pedirle por Su gracia en esta área en la que Dios estaba obrando en mi alma.
      ¿Como es que hemos llegado a ser tan tontos y vulgares y llamarnos civilizados de sociedad? Lo que esta pasando en la mitad de este año 2020 nos ha mostrado quienes verdaderamente somos como nación y como personas. Muchos han perdido su sentido de asombro hacia Dios y han negociado su humildad por orgullo y arrogancia. Calumnia, juzgar y falsas acusaciones han llegado a una corriente principal en las conversaciones diarias. La falta de humildad nos ha causado de olvidarnos que vamos a ser juzgados con la misma medida que usamos con otros. Mateo 7:2 Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.
      Sodoma y Gomorra fueron destruidas por la insistencia de querer vivir la vida egoístamente. La falta de humildad era el verdadero pecado y culpa de Sodoma y Gomorra que los llevó a ser inaceptables a los ojos de Dios. Eze. 16:49 Tu hermana Sodoma y sus aldeas pecaron de soberbia, gula, apatía, e indiferencia hacia el pobre y el indigente. 50 Se creían superiores a otras, y en mi presencia se entregaron a prácticas repugnantes. Por eso, tal como lo has visto, las he destruido.
      Somos los que somos entre nuestra alma y quienes somos finalmente saldrá de nosotros. Alguien de la familia preguntará, “¿Que está pasando con el tío Juan en estos días, últimamente se ve muy resentido y odia a todo mundo? La respuesta es simple, no pasa nada con el tío Juan, él siempre ha sido así, pero ahora que está envejeciendo ya no puede ocultarlo. Llegamos a ser odiosos cuando dejamos de vivir nuestra vida Christiana con honradez y humildad. Prov. 22:4 Recompensa de la humildad y del temor del Señor son las riquezas, la honra y la vida.       
      Cada vez cuando grandes ministros de fe caen al pecado y son expuestos, ya sea por adulterio, fraude o comportamiento escandaloso que los trae abajo, siempre es el hecho de que han puesto a un lado su humildad y empezando a creer que su propia prensa de comunicación llegando a ser engañado. Empiezan ha creer que tienen una unción especial fuera de la gracia de Dios llegando a ser de una mente carnal, haciendo decisiones de arrogancia. Luego convirtiéndose en un hazmereír del mundo.  Gracias a Dios hay un arrepentimiento disponible si despiertan de lo que están haciendo.
      Hermanos, necesitamos presionar en la gracia que se nos ha dado por medio de Cristo Jesús el vivir y prosperar como Él lo ha escogido. Sin la gracia de Dios corriendo por nuestras venas, no podemos vivir acuerdo a los mandatos de Dios. Se ha comprobado durante la historia de la raza humana, el hombre no puede vivir rectamente usando su propia voluntad con lo que escoge. Nosotros necesitamos un salvador dado por Dios para ayudarnos a caminar en una justicia que es aceptada por Dios mismo. Solo la obra en la cruz es un sacrificio aceptado.
       El mundo está en un alboroto hoy día, no tenemos que unirnos al desenfrenado caos. Nosotros que estamos en Cristo tenemos que caminar en el decreto y dirección en que El Espíritu Santo nos guía. Con humildad en nuestro corazón y con un asombroso genuino por Dios, tenemos que llevar las necesidades de este mundo quebrado a Él en oración, manteniéndonos fuertes en la fe que Cristo nos ha dado por medio de Su sacrificio. Por nosotros, no podemos hacer nada, pero en Cristo, todo es posible.
       Es por eso, que podemos ver el desastre en que está el mundo, veamos la belleza y poder de la santidad de nuestro Señor que vive entre nuestra alma. Después de todo, Dios nos ha dado vida y belleza por nuestras cenizas. Por esa vida, podemos vivir acuerdo a lo que Dios a propuesto entre nosotros. Por medio de humildad y de Su gracia, pon a un lado lo feo del corazón, y lleguemos a ser una bendición de Dios. Amén!