Prov. 8:18 Conmigo están las riquezas y la honra, la prosperidad y los bienes duraderos.
El método de pago que Dios usa no es siempre en efectivo pero puede ser de un gran valor para el alma. Recuerdo hablar con un amigo quien pidió por oración para que Dios lo ayudara en su negocio. Le pedimos que el favor de Dios llegue a su negocio y en fe estuvimos de un acuerdo para un resultado bendecido. Días después nos encontramos para un café y me dijo que Dios le había pagado en total.
Mi amigo tenía una sonrisa del tamaño de la mitad de la luna, llena de gozo, cuando le pregunté si había aterrizado al mejor trato del mundo me dijo, “Si, Dios es tan fiel porque anoche mi hija regreso a cansa contándonos que había terminado con su compromiso con el novio porque se había dado cuenta que esa relación no era bendecida por por Dios.” Mi amigo dijo que era el mejor regalo que habían obtenido él y su esposa porque su hija al fin sonreía y estaba contenta, el dijo, “fuimos pagados en la moneda de Dios y no hay dinero o negocio que pueda compararse.” Deut. 7:9 »Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos.
Qu cierto es que la moneda de Dios sea una bendición contínua con años por venir sin perder su valor. Tuve la misma bendición cuando mi hijo me pregunto si me pagaban por ministrar en diferentes iglesias y en internet. Le dije que la mayoría era gratis y que me gusta mucho hacerlo porque la moneda de Dios era más allá que tener movimiento en dinero.
Uso la vida de mi hijo como ejemplo pues hablaba con él. Le recordé a él de su propio milagro cuando Dios lo liberó por medio de oración de la adición de la heroina y metadona y que ahora vive limpio y libre. Le dije, “ésta clase de respuesta de Dios a nuestras oraciones nunca podría ser comprada o pagada con dinero, pero solo la moneda de Dios puede dar ese valor y hacer esa obra profunda en el alma. Este bendecido milagro siempre va a ser más allá de maravilloso para el resto de la vida de su mamá y la mía.” Entonces pensando lo que Dios ha hecho por mí con gusto le doy mi tiempo al Señor porque Dios es un buen Dios. Psl. 100:5 Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre.
¿Cuánta moneda de Dios ha llegado a nuestra vida? ¿Hemos dejado de darnos cuenta el valor de su riquezas hacia nosotros? ¿Te has reconciliado con tus padres antes de que fallecieran? “Dices ¡Si! ¿Le has agradecido a Dios de haberlo hecho hasta hoy día? Porque los que no tuvieron esa oportunidad saben de la tristeza de no haberlo hecho.
¿Has recibido el contrato del mundo aún cuando no lo esperabas y ser merecido de esa increíble bendición? ¿Has sido liberado de una enfermedad devastadora? ¿Dios ha hecho más allá de lo que creemos posible? Su sobreabundancia de riquezas en nuestra vida continua bendiciéndonos cada día. Efesios 3:20 Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, 21 ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén.
Nosotros tomamos mucho por sentado porque vivimos una vida sobre pasada de acumular cosas y ponerles valor. Llegamos a un estado que es difícil ver verdaderamente lo que tiene valor en la vida. En muchas cocinas en Norteamérica hay letreros hacho a mano que dicen, “Cuenta tus Bendiciones” el significado de este letrero por lo regular es visto por la persona periférica mente así como otros dichos que van perdiendo lo que significan porque la moneda de Dios es vista dentro del corazón. Cuando nuestro corazón pertenece a Dios, es cuando nuestra vida pertenece a Él también.
Cuando nuestro corazón pertenece a Dios podemos ver todas las requizas de Su gloria obrando en nosotros. Entonces es cuando vemos la vida tan maravillosa es la que vivimos por medio de Cristo y veremos la fortuna que realmente tenemos. Efesios 2:6 Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales, 7 para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús. Dios los bendiga a todos.
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