La excelencia de Cristo en su plenitud, no se puede describir desde ningún recurso humano porque la mente limitada solo puede encontrar palabras desde su campo de entendimiento. Entonces el explicar la excelencia de un Cristo infinito está fuera de la capacidad demostrar en completo la perfección sagrada y divinidad de Cristo. De todas maneras, que esto no nos deje de pedirle al Espíritu Santo por una revelación de conocimiento en recibir entre nuestra capacidad de comprender quién es Cristo y hacer lo mejor que podamos en describir Su divina excelencia.
La plenitud de Cristo solo se puede conocer cuando estamos ante Él en la eternidad. Pueda que podamos tener un glance de Cristo cuando nos abre los ojos en asombro con su ejemplo. Cuando la reina de Shiba declaró su asombro en la sabiduría de Salomón, fue después, que sacó sus ideas preconcebidas por las cosas que había escuchado. 2Chro. 9:5 Entonces le dijo al rey: «¡Todo lo que escuché en mi país acerca de tus triunfos y de tu sabiduría es cierto! 6 No podía creer nada de eso hasta que vine y lo vi con mis propios ojos. Pero en realidad, ¡no me habían contado ni siquiera la mitad de tu extraordinaria sabiduría! Tú superas todo lo que había oído decir de ti. Cuando nos encontremos a Jesús nuestro Salvador en ese glorioso día, nuestras palabras serán, “No he escuchado ni un trillonésimo de lo que se había dicho de ti.”
Prov. 30:5 »Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en Él buscan refugio. Este proverbio dice que cada palabra de Dios es pura. Entonces Jesús es la palabra, y Él definitivamente es puro. Juan 1:1 En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. La Palabra era Dios! Todo lo que existe fue hecho por Él. Juan 1:3 Por medio de Él todas las cosas fueron creadas; sin Él, nada de lo creado llegó a existir. El milagro de nuestro corazón al comprender es, que esta Palabra se hizo carne en la persona de Jesucristo. Juan 1:14 Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Hay mucho que contemplar, pero ahí está, Cristo el perfecto y el excelente, escogió venir y vivir entre los seres que ha creado.
La ruina del hombre es cuando tratamos a Jesús como uno de los amigotes y lo comparamos con nosotros y a los estándares y valores que se exhibe en nuestro mundo. Cuando nosotros hacemos esto, nosotros ya no tenemos la capacidad de estar asombrados por lo que Jesús representa. Claro, todos nosotros hemos tenido esa cinematográfica imagen Él sanando a los enfermos, sacando demonios, y por el gran final, resucitando a los muertos, sonriendo y en un estado constante de meditación. Esta representación de Jesucristo es nuestra representación de lo que nosotros creemos como actuaría Dios encarnado. Esta imagen que se ha creado de Él nos confunde de quien verdaderamente es Él. Él es Dios encarnado. Col. 2:9 Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo. ¿Como puede ser que este misterio eterno sea así de preciso a una comunidad que piensa que Dios es un anciano flotando por allá arriba por algún lugar?
Los líderes de religión en ese entonces habían estudiado la ley de Dios durante toda su vida, solo llegando a demostrar que habían entendido muy poquito del amor y de la santidad de Dios. Jesús era la excelencia de Dios quien caminaba entre ellos en carne, y ellos no tenían ninguna intuición de quien era Jesús aunque ellos lo estaban esperando llegar como el Mesías. Marcos 8:18 ¿Es que tienen ojos, pero no ven, y oídos, pero no oyen? ¿Acaso no recuerdan? Las reglas de los religiosos quienes continuamente buscaban la ley profética, no podían ver la profecía encarnada cumplida enfrente de ellos.
¿Como podemos sobresalir este mismo espíritu que se está manifestando hoy día que estupefacta a los fariseos? Muchos son como los Saduceos y los Herodeanos, quienes parecían formar devoción pero no podían ver a Jesús el Señor. Tendemos a estar tambaleados en religiosidad. 2Tim. 3:5 Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas! ¿Como abrimos paso entre ese espíritu de religiosidad y captar el poder de vida eterna de Dios que obra entre nosotros? El apóstol Pablo quien escribió la mayoría del Nuevo Testamento estaba luchando con el mismo problema y se encontró queriendo saber más a fondo la excelencia y el poder de Su resurrección. File. 3:10a Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección. Parece ser que esta es la oración que necesitamos, derramar nuestro corazón para abrir paso en este espíritu de complacencia. Ah, si solo pudiera conocerlo!
Bendito Dios que hay Gracia por medio de nuestro Señor Jesús quienes nos mantiene de no caer en una completa estupefacción y reprobación. Mientras caminamos y hacemos lo mejor que podamos para llegar a conocer la excelencia de Cristo, podemos estar seguros que Dios nos tiene en la palma de Su mano. Hasta que vivamos con Él en eternidad, entendiendo que perfecto es Jesús en una búsqueda constante. Mientras tanto, Dios nos mantiene en Su convenio en el cual nos dió por medio de Cristo. Judas 1:24 ¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardarlos para que no caigan, y establecerlos sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia. Todo es Jesús y todo de Gracia. Es todo lo que tenemos. ¡Amén!
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