Proverbios 27:1 No te jactes del día de mañana, porque no sabes lo que el día traerá.
El siguiente día que Juan Bautista bautizó a Jesús y lo proclamó como El Cordero De Dios quien quita todo pecado del mundo, Andrés, uno de los discípulos de Juan se fue del grupo a seguir a Jesús. Andrés fue directo a buscar a su hermano Simón para convencerlo de que viniera a conocer a Jesús. Juan 1:41 Andrés encontró primero a su hermano Simón y le dijo: —Hemos encontrado al Mesías —es decir, el Cristo. Debió ser asombroso para Simón conocer a Jesús, tener una palabra de su destino, hablar sobre él y sobre su vida. El nombre de Simón y su identidad será cambiada para siempre con solo conocer a Cristo. Juan 1:42 Luego lo llevó a Jesús, quien lo miró y dijo: —Tú eres Simón, hijo de Juan. Serás llamado Cefas —es decir, Pedro.
No solo la vida de Pedro había cambiado para siempre, sino también toda la humanidad y la historia que vino a ser. Juan el Bautista era como un batón de carrera de vida. Juan ministraba desde las leyes del viejo testamento, bautizando a arrepentimiento, Jesús fue presentado al que bautizaba en El Espíritu Santo y que traería al nuevo testamento en que vivimos hoy día. Qué día de transición resultó ser. Juan reconoció el día y el significado de ese tiempo en la historia y proclamó que Jesús debería ser el enfoque eterno de nuestras vidas. Juan 3:30 A Él le toca crecer y a mí, menguar.
Qué gran diferencia puede hacer un día cuando nos sometemos y permitimos que el Señor hable a nuestros corazones. Los que hemos aceptado a Jesús como nuestro Señor y Salvador, hemos tenido una experiencia similar a la que Pedro tuvo. Por medio del Espíritu Santo, llegamos a conocer a Jesús cara a cara y empezamos una eterna relación con Él mientras el Espíritu Santo guía nuestros pasos. Así como Pedro, muchos de nosotros hemos caído en nuestra fe durante el camino, pero mientras nos arrepintamos y nos levantamos, continuamos el camino con el Señor. Así como muchos cristianos quienes han sufrido, nosotros también hemos tenido la experiencia de tiempos duros y traumas llenos de acontecimientos. De todas maneras, después de tener calidad de tiempo en la presencia del Señor, recibimos la valentía que se necesita en ese día para salir adelante. Salmos 30:5b Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.
El Proverbio nos dice que no debemos presumir acerca del mañana. Prov. 27:1 No te jactes del día de mañana, porque no sabes lo que el día traerá. Al mismo tiempo, no debemos de quejarnos acerca de lo que mañana nos traerá. La misma razón está escrita en el Proverbio – que no sabemos lo que el día nos traerá, y entonces, el estar quejándonos es una pérdida de tiempo. El Señor nos advierte de vivir en este día que estamos viviendo y que no nos preocupemos acerca del mañana. El preocuparse no agrega nada a nuestras vidas excepto más preocupación. Mateo 6:34 Por lo tanto, no se preocupen por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
El Señor quiere que confiemos en Él porque Él tiene el número de nuestros días en Sus manos. En solo un día todo puede cambiar. Solo Dios puede ayudarnos a superar cualquier problema que un día nos traiga. Había una severa escasez en la tierra de Israel. La escasez había alcanzado el punto de que el canibalismo estaba tomando lugar. Eliseo hace una declaración de lo que Dios está por hacer para su gente. 2Reyes 7:1 Eliseo contestó: —Oigan la palabra del Señor que dice así: “Mañana a estas horas, a la entrada de Samaria, podrá comprarse un seah de harina refinada con un siclo de plata y hasta dos seahs de cebada por el mismo precio”. Al día siguiente, así como lo había dicho Dios, había comida para todos. Que gran diferencia hizo ese día. A veces tenemos que quitar nuestra mirada a lo malo de nuestro alrededor y dejar que Dios nos cuide de ese día de problemas en el que nos encontramos. Démosle a Dios nuestro día.
Hace nueve años tuve ese día que cambió mi vida. La noche de un sábado normal se convirtió en una noche caótica de un derrame, ambulancia, cuarto de emergencia y exámenes de toda clase. Al día siguiente mientras le agradecía a Dios que había sobrevivido, prometí de empezar a llevar una vida más saludable y escoger solo lo que trajera salud a mi corazón y a mi vida. Duet. 30:19 Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes. Que gran diferencia hizo ese día para mi. Hasta hoy día, me mantengo constante en vivir esa promesa que le hice a Dios. En un día, mi vida cambió a lo mejor porque escogí vivir. Pon toda tu confianza en el Señor y deja que Él guíe tu día y días que están por venir y sírvele a Jesús con toda capacidad que tu vida tiene. Escoge vivir.
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