Proverbios 27:24 Pues las riquezas no son eternas ni la fortuna está siempre segura.
Los Reyes y Reinas son coronados con joyas y oro que representa riquezas del reino y el poder que tienen los monarcas reinantes. Históricamente los reyes y las reinas usaban la corona como estado de posición como un símbolo de estado de riqueza para mostrar el poder que ejercían y la posición que tomaban en la sociedad. Las riquezas de Salomón eran tan vastas en oro, que se consideraba la plata sin ningún valor. 1 Reyes 10:21 Todas las copas del rey Salomón y toda la vajilla del palacio «Bosque del Líbano» eran de oro puro. Nada estaba hecho de plata, pues en tiempos de Salomón la plata era poco apreciada. En términos de hoy día, Salomón sería trillonario y no habría nada que él no tuviera.
Jesús se refiere a Salomón como alguien quien caminó en cierta gloria mundana, pero esa clase de gloria no se podía comparar aún con la magnífica perfección de la naturaleza de Dios en un lirio. Mateo 6:29 Sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. La corona de Salomón fue hecha por un hombre, pero Dios corona su creación, con su eterno propósito y unicidad en lo que la creación hace. Job 37:6 A la nieve le ordena: “¡Cae sobre la tierra!”, y a la lluvia: “¡Muestra tu poder!” La creación lleva la corona que Dios le da y reina en consecuencia, mostrando la riqueza de su reino.
Cuando Adan y Eva pecaron y fueron expulsados del Jardín del Edén, su desobediencia causó consecuencias de largo alcance. El mismo suelo sobre el que caminaron se rebeló contra ellos y ahora produce espinas. Gén. 3:18a La tierra te producirá cardos y espinas. Los espinos llegaron a ser un recuerdo para el resto de sus vidas que habían caído y que perdieron su corona de autoridad con que habían sido creados. Adan y Eva habían sido engañados en que le entregaran su corona de identidad santa a Satanás y ser ahora sujeto de destrucción y de caos en que el mundo ahora gira. La misma tierra gemía bajo el peso de la maldad que reina con crueldad. Rom. 8:22 Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Imagínate, aun la tierra quiere ser liberada de la maldición y destrucción del pecado.
La historia nos muestra que ninguna corona de oro o reino hecho por el hombre nunca fue garantizada de llegar a la siguiente generación. Prov. 27:24 Pues las riquezas no son eternas ni la fortuna está siempre segura. Siempre ha habido tramas y contra tramas para robar la corona y el poder que la corona lleva. Como perseguir el viento. No importa con cuánto oro los dictadores se adornan su cabeza, la humanidad nunca puede escapar de la realidad de que la corona de espinas era una representación sincera de lo que la humanidad realmente es. Toda la humanidad es corrupta, perdida y seres mendigos destinados a intentar y ganar una clase de autoridad que siempre va a estar fuera de su alcance porque la corona que el hombre usa son hechas de la maldición del pecado.
Cuando Jesús fue coronado con espinas que legítimamente nos pertenece, Él fue en ese momento representante de la humanidad de todo lo malo que pasó en el mundo. Cristo fue coronado como el Rey de toda clase de pecado y de la maldad del hombre que se ha vivido en la historia. La corona de espinas representó todo lo que la humanidad tenía para ofrecer, y Jesús la usó y la llevó en el transcurso a su muerte. Mateo 27:29a Luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza. Todos los que estaban condenando a Jesús y forzaron la corona en su cabeza, también se burlaban con falsa reverencia hacia Él. Mateo 27:29b Y en la mano derecha le pusieron una caña. Arrodillándose delante de él, se burlaban diciendo: —¡Salve, rey de los judíos! No sabían, que después de la resurrección del mismo Cristo, iban a hacerle reverencia al Rey de Reyes Señor de Señores que tiene el número de sus días en su manos.
Tan extraño como suena, los sacrificadores estaban haciendo reverencia al cordero de sacrificio de Dios, quien intercambiaba la corona maldita de pecado por la que Cristo iba a tener como el único infinito Rey eterno. Apoc. 19:12 Sus ojos resplandecen como llamas de fuego, y muchas diademas ciñen su cabeza. Lleva escrito un nombre que nadie conoce sino solo Él. 13 Está vestido de un manto teñido en sangre, y su nombre es «el Verbo de Dios». Aquellos que han recibido a Jesús como su Señor, pueden ahora deshacerse de la corona hecha por el hombre y usar la corona de vida que Jesús ha dado al redimido. Isa. 62:3 Serás en la mano del Señor como una corona esplendorosa, ¡como una diadema real en la palma de tu Dios! ¡Aleluya! Jesús tomó la cruz de espinas que merecía y me dió su corona de justicia. Y todos dicen, “Gloria Al Señor”
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