Proverbios 8:33 Atiendan a mi instrucción, y sean sabios; no la descuiden.
El apóstol Pablo dijo, “imítame” 1 Cor. 4:16 Por tanto, les ruego que sigan mi ejemplo.
Los primeros cristianos no tenían todo el evangelio para saber como manejar diferentes situaciones en la vida. Algunas asambleas y reuniones de ideas afines cristianas tenían una o dos cartas del apóstol Pablo. Pedro, Santiago, Juan y otros apóstoles que habían escrito instrucciones guiados por Dios bajo la unción del Espíritu Santo, pero nadie tenía la colección de las escrituras como las que tenemos ahora.
¿Qué era lo que Pablo tenía en su corazón para poder decirlo con confidencia? “Imitame” 1 Cor. 11:1 Imítenme a mí, como yo imito a Cristo. Esa era la clave. Pablo estaba diciendo así como yo imito a Cristo imíta lo que ves como soy y vive el resultado de Cristo viviendo en mi. Pablo dijo que media vez Cristo ha llegado a Señor de nuestra vida ya somos leídos y escrutados por el mundo. 2 Cor. 3:2 Ustedes mismos son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos. 3 Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida[a] por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones.
Tienes la confidencia en Cristo para decir audazmente “Imítame, porque yo camino e imito a Cristo.” Imagínate! Que responsabilidad sería tener viviendo epístolas y cartas de Dios dadas a todos nosotros los seres humanos. ¿Que es lo que la gente lee en nosotros cuando están buscando respuestas a su vida? Has lo que digo y no lo que hago, esto no funciona aquí, Imítame como camino en Cristo es estar imitando lo que digo y lo que hago. Claro, somos personas que caemos. De todas maneras, cuando caemos ¿hacemos quien nos está leyendo que vean que nos arrepentimos, levantamos y vamos hacia adelante hacia Cristo? O ¿ven que hacemos excusas, culpamos y disminuimos nuestra culpabilidad hacia Dios o entre nosotros?
Nuestro corazón y nuestra confidencia en El Señor debería ser una declaración gentil que dice, “Confía en El Señor y escucha sus instrucciones. así como me ves a mi seguirlo a El con todo mi corazón.” Prov. 8:33 Atiendan a mi instrucción, y sean sabios; no la descuiden. No estamos hablando de compararnos con otros al contrario más bien estemos afilados y alentemos unos a los otros en la admonición de amor y poder de Dios con el fin de ser epístolas que se puedan leer claramente dirigidos a Cristo. Prov. 27:17 El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre.
A medida que envejezco, he encontrando lo importante de enseñar, dirigir y dar todo lo que sé hacer de mi Señor Jesus a la siguiente generación. No estoy tratando de crear clones como yo, sino más bien ayudar a desarrollar la llamada y el regalo que hay en cada individuo que Dios ha creado. Jer. 29:11 Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
0 Comments