Estaba viendo un programa de como los antiguos carpinteros y artesanos fabricaban sus propias herramientas, las cepilladoras de madera en particular eran muy filosas y funcionaban tan exacto y preciso. El anfitrión del programa discutia con el experto de fabricante de herramientas explicando que si este conocimiento no se enseña a la siguiente generación de artesanía este arte se perderá. Este programa me puso a pensar en todos los cristianos que tienen tanto de Dios por enseñar pero no están pasando su información y así como el experto en herramientas también se va a perder. Todos somos un producto de la historia de todos los cristianos a través des sus pruebas y tribulaciones lo que obtuvieron en sus vidas. Ellos enseñaron las experiencias que, buenas o malas y nosotros tenemos que hacer lo mismo. Juan 4:37 Porque como dice el refrán: “Uno es el que siembra y otro el que cosecha.” El escritor del libro de Hebreos dice que estamos en una carrera para terminar el propósito que Dios nos ha dado en esta vida. Heb. 12:1-B Y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Sin embargo esta carrera no es completa con cada uno sino ayudamos a cada uno cruzar la meta eterna donde todos nosotros vamos a escuchar a nuestro Señor decir, “Bien hecho buen y fiel siervo!”
Tomar a alguien bajo nuestro cuidado, a fin de ayudarlo y guiarlo a encontrar las respuestas en su vida no es difícil. Podemos hacerlo, para aquellos de nosotros que hemos aprendido como vivir según la palabra de Dios. Sólo tenemos que querer hacerlo. El proceso es bastante simple pues todos tenemos el mismo manual con instrucciones -la Biblia- en la punta de los dedos. Simplemente guiamos a nuestros hermanos a buscar las escrituras y encontrar la palabra necesitada en sus vidas. Lo he puesto muy simple? En realidad no, me he dado cuenta que muchos de los nuevos cristianos no están leyendo la Biblia pero están repitiendo lo que han escuchado otros decir lo que la Biblia dice, aquí es donde necesitan nuestra ayuda a crecer y madurar.
Tenemos un ejemplo perfecto en el libro de Hechos donde nos muestra mucho la importancia de encontrar lo que La Palabra de Dios dice. En el libro de Hechos leemos que los de Berea que les enseñaban La Palabra de Dios por Pablo y Silas. Estos apóstoles nos eran principiantes cuando ellos hablaban había poder y milagrosas se manifestaban y aún así los de Berea iban a buscar en las escrituras para ver si lo que decían era cierto. Hechos 17:10 Tan pronto como se hizo de noche, los hermanos enviaron a Pablo y a Silas a Berea, quienes al llegar se dirigieron a la sinagoga de los judíos. 11 Éstos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que recibieron el mensaje con toda avidez y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.
La Palabra de Dios es la autoridad final en nuestra vida y La Palabra de Dios debería ser en lo que guiamos nuestra vida. El enseñar a la siguiente generación usar este instrumento maravilloso que mártires dieron su vida, pues es nuestro mandato. Juan 4:38 Yo los he enviado a ustedes a cosechar lo que no les costó ningún trabajo. Otros se han fatigado trabajando, y ustedes han cosechado el fruto de ese trabajo.
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