Proverbios 12:1 El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio.
Levantarnos después de caer de cabeza en pecado se requiere mucha valentía y resistencia para seguir corriendo la carrera de la vida en la que estamos comprometidos. Heb. 12:1b Despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. La gracia de Dios nos ayuda a arrepentirnos, levantarnos y perdurar la batalla de la vida que vendrá en nuestro camino. Con la guía y correcciones que nuestro Padre Celestial administra nuestro corazones, Dios también así demuestra su amor total que tiene para nosotros. Heb. 12:7 Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina?
En este libro, La disciplina es Destino, donde Ryan Holiday escribe, “Una mente débil debe estar constantemente entretenida y estimulada. Una mente fuerte puede ocuparse sola y lo más importante, estar quieta y vigilante en cualquier momento que lo exige.” Nuestro camino como cristianos exige vigilancia y estar quietos, calmados y asegurados ante Dios. Surge la pregunta, ¿Cómo obtener un espíritu callado ante Dios cuando estamos constantemente viendo cómo distraernos y entretenernos? El apóstol Pablo sabía las palabras – vigilancia y resistencia. Su vida demostraba la disciplina que esperaba de otros. 1Cor. 9:27 Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado. La idea de disciplinarnos nosotros mismos a lo que Dios nos pide y soportar las pruebas que vendrán ha llegado a molestar a muchos. Quieren una cristiandad fácil con todas las bendiciones y sin ninguno de los compromisos o dedicaciones a la justicia del Señor.
Esperamos, o por lo menos es nuestra intención mientras lleguemos cerca al final de nuestro tiempo en la tierra poder decir lo que Pablo dijo, 2Tim.4:7 He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Esta escritura tiene palabras y pensamientos que se necesitan revivir en nuestro corazón. Palabras como. “He peleado la buena batalla. He terminado la carrera, y mantuve la fe.” Estas declaraciones han llegado a ser lejanos conceptos a una generación que creen que el no actualizar su teléfono es una privación y un sacrificio. Perdonen mi sarcasmo pero, por perseverancia conquistamos, vamos a tener un despertar sobrenatural del Espíritu Santo a que lleguemos a ser las personas que conquistan pues es lo que se nos espera.
La palabra de Dios continuamente nos anima a que nos levantemos a destruir las obras de las tinieblas. Esto no es un pequeño encuentro sino una guerra total contra el reino de Satanás y sus malas intenciones. Vamos a necesitar la disciplina de Dios y Su conocimiento y valientemente sobresalir y ganar esta batalla. No parece haber un lugar al margen para esperar. Estamos adentro o estamos afuera. Como el proverbio lo dice, respondemos a la disciplina de Dios, o terminaremos tontos. ¿Qué es lo que vamos a llegar a ser? Prov. 12:1 El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio. Padre, en el nombre de Jesús, ayúdanos a escoger tu disciplina para poder perdurar y conquistar en Cristo. Amén.
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