Prov. 10:2 Las riquezas mal habidas no sirven de nada, pero la justicia libra de la muerte.
Me sonreí cuando leía un artículo acerca de longevidad de la vida. El escritor describía cómo algunas personas podían engañar a la muerte con su estilo saludable de vida. Nadie engaña a la muerte pues finalmente la muerte viene y nos encuentra. Estoy de acuerdo que podemos alargar ese día inevitable escogiendo una comida más saludable, pero como dijo Helmet mientras agarraba un cráneo en sus manos, “Ay, pobre Yorick! Todos tenemos una eternidad después de la muerte y en donde la pasemos es más importante que el engañar a la muerte por otros años más en esta vida. Claro, toma todo lo que puedas obtener de esta vida y que puedas vivir por más tiempo viviendo una vida larga, vibrante y saludable.
Nosotros amamos a Dios y tenemos una relación con El y una posición bendecida en Cristo, por medio de su aceptado sacrifico en la cruz, Jesus venció a la muerte y su dolor por cada uno de nosotros, por medio de su misericordia y el poder de Su Sangre. 1 Cor. 15:55 «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» Que regalo más maravilloso que Dios ha dado a la humanidad. Por medio de Cristo podemos engañar a la muerte por decirlo así, pero tenemos que estar con la sabiduría que es por medio de El y solo por El esto puede ser posible. Hechos 4:12 De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos». No importa qué tan grande sean nuestros buenos hechos no llegan a nada en comparación del sacrificio y el poder limpiador de ese sacrifico aceptado por Dios. ¿Que puede darle el hombre a Dios que pueda ser comparable de lo que ya ha sido aceptado por Dios como perfecto y sagrado? Efesios 1:7 En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia.
Como dice el proverbio, “Justicia libera la muerte.” La posición correcta que se nos ha dado por medio de Cristo nos libera de la muerte y no nuestros propios esfuerzos. Efesios 2:8 Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios. Engañar a la muerte puede ser algo imposible, pero por medio de Cristo se ha convertido en nuestra herencia. Claro, mi cuerpo físico va a morir un día, pero mi alma vivirá para siempre con nuestro Señor eternamente. Miqueas 4:5 Todos los pueblos marchan en nombre de sus dioses, pero nosotros marchamos en el nombre del Señor, en el nombre de nuestro Dios, desde ahora y para siempre.
Dios dice que Su regalo de justicia nos ayudará cuando experimentemos la muerte y todo dolor y miedo que viene con esto. La palabra de Dios dice que El será nuestra guía en la muerte. Salmos 48:14 ¡Este Dios es nuestro Dios eterno! ¡Él nos guiará para siempre! Jesus nos enseña a que le temamos a lo que pueda matar nuestro cuerpo. Lucas 12:4 A ustedes, mis amigos, les digo que no teman a los que matan el cuerpo, pero después no pueden hacer más. Dios dice que debemos de estar más preocupados acerca de nuestra vida eterna de preocuparnos en el como engañar a la muerte. Lucas 12:5 Les voy a enseñar más bien a quién deben temer: teman al que, después de dar muerte, tiene poder para echarlos al infierno. Sí, les aseguro que a él deben temerle.
Todo lo que Dios hace con Su amor para nosotros es para que podamos sobrepasar la muerte eterna. Dios nos ama tanto que mandó a Su único hijo a ser sacrificado para que nosotros podamos tener vida eterna. Jesus hizo más que engañar a la muerte. El destruyo su poder por completo para todos nosotros. ¿Qué más puede hacer Dios por nosotros? Dios nos dio Su todo y lo mejor que El tiene para que nosotros podamos decir, “Si Señor, recibo tu regalo de vida eterna. Recibo a Jesus como mi Salvador. Gracias, Señor mi Dios, por tus bondades y la victoria lograda para todos nosotros de la muerte. Amen y amen.
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