Proverbios 13:13 Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido; quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa.
Hebreos 11:6 En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que Él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Todo aquel que viene a Él (Dios) tiene que creer que Él es. ¿Que Él es què? Claro, comprendemos de que tenemos que creer de Su existencia, pero más que eso, tenemos que creer que Él es y tiene lo que necesitamos para creer. Tenemos que confiar en la fe que tenemos en Él porque en la integridad de Dios se puede confiar. Núm 23:19 Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice?
Jesús dijo que le pidiéramos a nuestro Padre Celestial cualquier cosa que necesitemos y que tengamos fe en la voluntad de Dios en bendecirnos. En una mano, es imposible agradar a Dios sin fe, y en la otra mano, leemos en primera Corintios capítulo doce versículo nueve que Dios nos da el regalo de fe cuando lo necesitamos. ¿Qué maravilloso es esto? El Señor se asegura que tengamos fe, fe que se pueda confiar porque El Señor es el autor y perfeccionador de nuestra fe. Heb. 12:2a Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz. No podemos perder. Nuestro Dios todopoderoso nos ayuda a creer y tener fe de que Dios nos ama y se preocupa por nosotros a un nivel eterno. Esto pueda ser difícil para algunos entender, pero he aquí, nuestro Dios infinito se preocupa por nosotros y nos ayuda a confiar en el poder de la fe de Dios en nuestras vidas.
En el evangelio de Mateo, hay un leproso que viene a Jesús y dice, “Si es tu voluntad, puedes dejarme limpio.” Mateo 8:2 Un hombre que tenía lepra se le acercó y se arrodilló delante de Él. —Señor, si quieres, puedes limpiarme —le dijo. La valentía que tuvo este leproso para salir hablar con Jesús, nos da a demostrar la accesibilidad que Jesús tenía con la gente mientras caminaba entre ellos. El leproso podia ver la poderosa fe que Jesús estaba ministrando y lo ayudó a ver que podia confiar en Él y en la fe que Jesús tenía. La vida de un leproso no era nada menos que dificultad tras dificultad. Ellos no eran permitidos de participar en eventos normales de integración con otras personas y participaciones que muchos lo tomaban sin ningún aprecio alguno.
Las leyes Levíticas prohibía a los leprosos de tomar parte en todo aquello que se consideraba participar con otras personas, porque se les consideraban sucios e inmundos, Jesús cruzó esta barrera de ley forzada en sanar a este hombre de leprosidad y así dejar que este hombre pudiera entrar a la vida de los demás. No estoy usando esto para que se escuche en vano, pero si alguien le decía a Jesús, “No puedes tocarlo, él es un leproso.” Después de sanar al leproso, Jesús podia decir, “¿Cuál leproso?” Mateo 8:3 Jesús extendió la mano y tocó al hombre. —Sí quiero —le dijo—. ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano de la lepra. Jesús cumplía la ley diciéndole al leproso que fuera a presentarse ante el sacerdote para que fuera pronunciado oficialmente limpio y reingresado a la sociedad. Mateo 8:4 —Mira, no se lo digas a nadie —le dijo Jesús—; sólo ve, preséntate al sacerdote, y lleva la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.
Esta es la clase de fe que está disponible cuando creemos y caminamos con nuestro Señor Jesús. El Señor dijo que haríamos grandes cosas mucho mayores de lo que Él hizo. Juan 14:12 Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre. Entonces, ¿hay oposición en esta clase de fe durante nuestro día? ¿Porqué en muchos círculos cristianos dicen que esta clase de milagros ya no existen porque ahora estamos mejor ilustrados? ¿Deberás? ¿Desacreditar la fe en Dios con incredulidad y desprecio al poder de Dios durante nuestro día es estar mejor ilustrado? Prov. 13:13 Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido; quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa. En lugar de desacreditar la posibilidad de tener la fe de hacer mejores cosas que Jesús hizo, ¿Porque no confiar en Dios que la semilla de esa clase de fe está viva en nosotros porque Jesús está dentro de nosotros?
Si no, no somos diferentes a los escribas y fariseos quienes se burlaban de Jesús por tener esa fe que podia sanar las aflicciones de la humanidad, entonces todo lo que queda es una creencia lechosa ritualista que puede ser lanzada aquí y allá con cualquier ataque u oposición que venga. Prov. 24:10 Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitada es tu fortaleza. ¡No hermanos! Somos más que un argumento teológico que está limitado al materialismo del hombre. Nuestra fe es Jesús a quien se puede confiar porque es Dios quien hizo camino para nosotros para poder reconciliarnos con Él mismo por medio de Cristo. El plan de Dios de la salvación es impecable. Si el hombre hubiera diseñado el plan de salvación, el plan se hubiera hecho corrupto desde la primera palabra para describir las muchas maneras de seguirlo. Los billones de correcciones que se hubieran agregado a ese plan para cada grupo interesado durante la historia sería alucinante.
Jesús dijo que, “Él era el camino la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino es por Él.” Esto es una declaración fuerte. El Señor no tenía palabras para desperdiciar. Ya sea que Jesús es tu Señor y Salvador o no. La fe que se escoge en Él es una decisión personal que tenemos que hacer. La fe en Jesús es una fe en la que podemos confiar. Bendiciones y paz sea en todos nosotros.
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