Proverbios 14:26 El temor del Señor es un baluarte seguro que sirve de refugio a los hijos.
Como abuelo, es agradable escuchar cuando nuestros hijos me cuentan lo que mis nietos hacen “lo está haciendo solo” con vos de asombro y exuberante, la descripción de las travesuras monumentales que los bebés han logrado en su corta vida desde que nacieron es impresionante para mi. Nos cuentan con entusiasmo que se están saliendo de la cuna una vez la luz está apagada,subiendo las libreras y vaciando las gavetas de las ollas y sartenes ahora que están gateando. Estos logros son comunicados y se cuentan como si fueran los mejores eventos que han pasado en el mundo hasta hoy día. “Lo hizo, lo hizo sola, y lo hizo, lo hizo él solito,” expresado con admiración. Ellos son nuestra recompensa. Salmos 127:3 Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa.
Nuestro Padre Celestial dice lo mismo cuando la obra fue terminada en la cruz donde Jesús dio su vida. Hay un acuerdo total entre Dios el Padre y El Espíritu Santo, diciendo que Jesucristo Él solo salvó a la humanidad con su preciosa sangre. Heb. 1:3b Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas. No hay nada que podamos engrandecer en la obra de Cristo lo que logró hacer por medio de Su sacrificio. Fue idea de Dios, y por medio del poder del Espíritu Santo, Jesús salvó nuestra alma. La Deidad puso el perfecto plan de salvación juntos y no hay nada que podamos agregar. Todo lo que podemos hacer es aceptar este gran regalo de gracia tan grande por medio de la salvación de nuestro Señor. Efe. 2:8 Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios.
Él solo, Jesucristo puso su vida en la cruz, para que tengamos una eterna relación con nuestro Padre Celestial. Durante todas las escrituras, Dios es muy claro en decir a la humanidad que no podemos hacer nada solos que pueda medir la altura de la integridad de Dios en su santidad. No hay cantidad de trabajo que la humanidad pueda hacer o sacrificar que pueda llenar los requisitos de un sacrificio aceptable para llevarse el pecado de la humanidad. Dios siempre ha dicho que lleguemos a Él y no a otra salvación. Isa. 45:22 »Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.
Charles Spurgeon tenía un gran entendimiento de la gracia de Dios para con nosotros en nuestra salvación, con esta simple declaración, “Mira a Cristo y vive,” lo dice todo. Su realización de(no serás salvado por tus obras) fue muy clara para Charles. Él dice que lo único que podemos hacer desde nuestro estado de caída es- ver a Jesús. Todo lo demás es un atento enredado de hacer obras por nuestra salvación. Me encanta lo simple de esta perspectiva. Mira a Cristo y vive, es todo lo que puedo hacer para hacer aceptable por Dios Poderoso de toda creación. Es por eso que Jesús dijo, Mateo 11:28 »Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Jesús sabía el peso que la humanidad lleva en su alma. La necesidad de ser aceptado por Dios sin saber cómo llegar allí.
Jesús podía ver todo el esfuerzo de la humanidad tratando de salvarse ellos mismos, cansados con carga laboriosa en la vida porque el requisito de Dios no se media ni se había encontrado. La Salvación en un misterio escondido en Cristo. Entonces, la declaración de Jesús, “Yo soy la vida, la verdad y la vida,” sería un bálsamo refrescante entre el alma de todo aquel que verdaderamente lo escucha. Un despertar seguro habría sido revelado con las palabras de Jesús, porque sus palabras tienen vida. Prov. 14:26. El temor del Señor es un baluarte seguro que sirve de refugio a los hijos.
Él solo, Jesús soportó el castigo y la vergüenza de la cruz para que yo no pasara lo mismo. Al ver a Jesús, yo llegué a ser crucificado con Él. La obra de Jesús es mi recompensa eterna. Gál. 2:20 He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. Si, en la manera similar en que sonreímos con nuestros hijos de sus logros, nuestro Padre Celestial sonríe a su hijo Jesús, porque Él solo, Él aseguró nuestra herencia eterna. Gracias Jesús, que podemos dejar nuestro esfuerzo y nuestra carga a tus pies. Qué maravilloso salvador a quien tenemos. ¡Amén!
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