Proverbios 3:23 Podrás recorrer tranquilo tu camino, y tus pies no tropezarán.
Apocalipsis 22:17 El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»; y el que escuche diga: «¡Ven!» El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida. Las palabras, El que quiera, toma a mucha gente y a nacionalidades. El Señor generosamente manda una invitación a el que quiera y desee acercarse a Dios o a aquel que esté pensando en querer conocer a Dios, es bienvenido a acoger el amor que Dios tiene para cada uno al aceptar a su hijo Jesús como su Señor. Juan 3:16 »Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. ¿Cualificas como El quien quiera? Entonces eres bienvenido a creer y aceptar el regalo de Dios que es Su salvación.
Muchas personas piensan que no son merecedores del amor que Dios les tiene o el derecho de pedir al Señor por su ayuda porque se ven como, solo soy… Solo soy mesera, solo soy un obrero, solo soy quien colecta la basura y así sucesivamente. El auto justicia de “Solo soy…” es reforzado con el cómo se sienten de no ser merecedor. El Señor se asegura que toda persona en general, como el sacerdote, los trabajadores del templo y cualquiera en el mundo sean incluidos en Su convenio. Si, aun el leñador quien suministro la leña para los sacrificios en el templo de Dios fueron reconocidos por la ley de Dios. Neh. 10:34 En cuanto a la ofrenda de la leña, echamos suertes entre nosotros los sacerdotes, los levitas y el pueblo en general, según nuestras familias, para determinar a quiénes les tocaría llevar, en los tiempos fijados cada año, la leña para el templo del Señor nuestro Dios, para que ardiera en su altar, como está escrito en la ley. Echaron apuestas entre la gente, así como los levitas y los sacerdotes. Es muy claro, cualquier persona está incluida en el servicio de la justicia de Dios.
Lev. 6:12 Mientras tanto, el fuego se mantendrá encendido sobre el altar; no deberá apagarse. Cada mañana el sacerdote pondrá más leña sobre el altar, y encima de este colocará el holocausto para quemar en él la grasa del sacrificio de comunión. ¿Como puede ser que estos ministros de la ley realicen sus labores sin el leñador o el carpintero? Todos son bienvenidos en el trabajo y ministerio entre el reino de Dios, y de nosotros hacer lo que hacemos para el Señor. Col. 3:23 Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo. Todos tienen un propósito dador de Dios para cumplir, aún los granjeros, los que barren las calles, quienes recolectan la basura están en la lista de Dios cuando dice, El que quiera, y son elegibles por medio de la sangre de Jesucristo el caminar con amistad con Dios.
Si la salvación fuera dejada en las manos de la raza humana el ser de éxito, el sistema de castas de clasificación de la vida probablemente sería forzada. La mayoría de la población probablemente no podrían ni pensar acercarse a Dios. Todos tendríamos que saltar por aros opresivos creados por la estructura clase, inventadas por hombres y mujeres imperfectos quienes causarían que todos nosotros cayéramos de cabeza. Terminariamos siempre luchando en las trincheras de la desesperación. Mira a todo lo oculto que está disponible en este mundo. Nos muestra el desorden que se levanta cuando la humanidad se hace cargo de las reglas y regulaciones a quien tiene acceso a salvación. Nos damos cuenta que nuestra carne dispensa rápidamente castigos y más severos a como Dios lo haría. Así como Anaïs Nin dijo, “No vemos las cosas como son; las vemos a como somos.” Estamos llenos de defectos. Entonces, Dios entra y nos ofrece una salvación por medio de Cristo quien obra eternamente por nuestro bienestar por todo ser humano a cualquiera que quiera. Hechos 4:12 De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos».
Es después que la persona recibe a Cristo, cuando están avanzando en la vida se empieza abrir el reino de eternas posibilidades. Prov. 3:23 Podrás recorrer tranquilo tu camino, y tus pies no tropezarán. Cualquiera que, llega a ser una persona conocida en el reino de dios. Cualquiera que, ahora tiene nombre íntimamente conocido entre Dios y esa alma. Apoc. 2:17b Al que salga vencedor le daré del maná escondido, y le daré también una piedrecita blanca en la que está escrito un nombre nuevo que solo conoce el que lo recibe. De repente, el solo soy mesera, solo soy empleado, llegan a ser un sacerdote o un rey en el reino de Dios cumpliendo su propósito en Cristo en lugar de tener solo una existencia en la clasificación social del mundo. Ay, qué transformación de solo ser, solo soy… a una relación en tu alma con Dios todopoderoso. Que milagro es la salvación cuando lo vemos en el paradigma de Dios.
Cuando el hombre trata de mejorar el estado de la condición humana, el trabajo llega a ser difícil porque la fundación en que el hombre lo está construyendo es inestable. Cuando Dios entra al panorama trayendo Su redención justa entre nuestros corazones, mejora la condición humana y se mejora exponencialmente porque Dios da una vida verdadera. Con Jesús obrando en nuestro corazón, llegamos a ser más que Cualquiera que, llegamos a ser hijos e hijas del Dios altísimo. Entramos a nuestro lugar de reyes y sacerdotes ministrando ante Jesús. Nos levantamos del estupor mundano del ser nadie, a la realidad de ser alguien con quien Dios quiere estar.
El Salmista correctamente dijo en su asombro por el interés de Dios en cada uno de nosotros. “¿Qué es el hombre que Dios está consciente de él?” Salmos 8:4 Me pregunto: «¿Qué es el hombre, para que en Él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?» Para que Dios tome ese intenso interés de nuestra existencia, y de sacrificar a su único hijo por nuestra eterna vida, tiene que ser algo de extremo valor que Él ve en la creación de cada uno de nosotros. Lo maravilloso es que el amor de Dios no está basado en lo que hacemos o traemos a la mesa porque Jesús ya ha puesto la mesa para nosotros. Solo tenemos que llegar y aceptar todo lo que tiene para nosotros. El amor de Dios y su maravillosa gracia que está dispuesta a el quien quiera, Dios la tiene para que la recibamos diciendo, “Si, gracias mi Dios, quiero tu regalo de vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.” ¡Amén!
Find Other Devotions About:
0 Comments