Prov. 27:6 Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa.
Lucas 22:48 Pero Jesús le preguntó:—Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre?
Este acto de traición se ha conocido como “El beso en el jardín” donde Judas usó ésta manera para darle a conocer al sacerdote así poder arrestar a Jesus, ésta no fue la primera vez en que Judas traicionaba. También había estado robando dinero de la bolsa de dinero que los apóstoles tenían. Juan 12:6 Dijo esto no porque se interesara por los pobres, sino porque era un ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, acostumbraba robarse lo que echaban en ella.
Como encargado de la bolsa de dinero, Judas sacaba de lo que entraba en la bolsa. Me imagino que Jesus pudo haber dicho, “Judas, ¿me estás traicionando otra vez, pero ésta vez con un beso?”
Así como lo que hacía Judas, la mayoría de las personas no se convierten de la noche a la mañana. Un pecado habitual empieza despacio, con el sentido que pudieron salirse con la suya con algo pequeño en el momento. Había una convicción en el corazón en ese momento, pero empezó hacer fácil. Ahora ese pecado ya ni consulta a la conciencia. ¿Qué pasó con esas personas que antes eran honradas? ¿Cómo fue que ese hombre cayó en adulterio cuando las cosas se veían tan bien en casa? ¿Cómo fue que a ella la agarraron estafando fondos de la compañía cuando se veía que tenía más que suficiente? ¿Cómo fue que él cayo en adicciones y termino sacrificando su vida y a la de su familia? ¿Cuándo fue que el beso en el jardín llego a ser traición al corazón?
Es interesante notar que Jesus sudo sangre por la humanidad, un poquito antes que llegara Judas y lo traicionara. Lucas 22:44 Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra. Jesus se mantuvo fiel para el plan de salvación que tenía Dios nuestro Padre. Jesus mismo estaba en acción de dar para la humanidad, aún cuando al mismo tiempo lo estaban traicionando. El beso de Judas habría dolido de hecho, porque representaba un estado de crueldad, odio y corrupción en que el corazón humano se encontraba. El hombre necesitaba salvación y no había otra manera de hacerlo con excepción por un Salvador dispuesto quien dijo, “Padre, no se haga mi voluntad pero la tuya.”
Cuando Jesus nos habla de pecado en nuestras vidas, no se siente bien en ese momento pero como dice el proverbio, “Fieles son las heridas de un amigo.” Jesus es nuestro amigo y El trata que no caigamos en la tentación que el beso del enemigo nos trae. Juan 15:15b Los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes. El pecado nos traiciona siempre. El resultado del pecado puede ser diferente cada vez y la consecuencia puede tardar a alcanzarnos, pero el pecado siempre nos encuentra. Números 32:23 »Pero, si se niegan, estarán pecando contra el Señor. Y pueden estar seguros de que no escaparán de su pecado. Es por eso que Dios nos dice que confesemos nuestros pecados uno al otro para deshacernos de ellos y así el pecado no tiene control sobre nosotros en lo absoluto.
¿Que hubiera pasado si Judas hubiera confesado de haber sacado dinero de la bolsa? ¿Hubiera tenido más fuerza para resistir las treinta piezas de plata? Mateo 26:15 —¿Cuánto me dan, y yo les entrego a Jesús? —les propuso. Decidieron pagarle treinta monedas de plata. El dinero fácil llegó a ser el beso que traicionó a Judas y llego a pagarlo con su vida. ¿Qué es lo que inocentemente estás haciendo que pueda causar un mayor daño a tu alma y paraliza tu camino en esta vida solo porque el beso del enemigo es tentador? Puede que lo sintamos como una herida y nos duele pero El Señor está obrando en algo en nuestra vida. De todas maneras, la herida de un amigo sana más rápido porque viene con bálsamo de Galaad que nos da a todos victoria por medio de Cristo.
El beso de un enemigo puede ser agradable en el momento, pero llega a un resultado, de romper el corazón que deja a la persona con soledad, fríaldad y destituido de alma. Prov. 27:6 Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa. Jesus es nuestro amigo y El nos ayuda mientras estamos heridos hasta salir completamente sanos, amados y fortificados. Si hay un beso en el jardín, entonces deja que Dios te bese con su misericordia y benevolencia para que podamos salir adelante como justos de Dios por medio de Cristo nuestro Señor. Bendiciones.
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