Proverbios 14:12 Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte.
La sangre de Jesús tiene el poder de cambiar una alma para cumplir el requisito de Dios con el nivel de justicia del Padre no importando quien es la persona. Eugenesia, practicada con los que han querido y después presumir, puede que en el mejor de los casos tiene un límite de poder, para ayudar a desarrollar cierta calidad de percibir supremacía, (de nuevo, quién es el que determina cual es,) pero al final de sus esfuerzos, todavía tienen a un humano en necesidad de salvación. El alma de esta persona todavía requiere la limpieza poderosa de la sangre de Jesús para darle a él o ella una vida eterna. Esta clase de acercarse a una Frankensteinia que dice, yo puedo crear un hombre impecable, es erróneo porque es un hombre impecable tratando de crear algo ya creado. Dios dijo, “Yo soy tu creador.” Salmos 100:3a Reconozcan que el Señor es Dios; Él nos hizo, y somos suyos. Claramente dicho, “Es Él quien nos ha hecho, y NO nosotros mismos.
La manera de Dios en eugenesia realmente funciona porque nuestro Padre Celestial es el eugenésico original. Dios, nuestro creador, no tiene intención alguna de dejar a alguien fuera del plan eterno, entonces, el Señor diseñó diversidad entre la humanidad. El también implementa qué es lo que se necesita para llevar a cabo Su plan de formación. Dios toma al débil, el enfermo, rico, pobre, saludable y toma toda clase de etnia que hay y nos hace justos de Dios por medio de Cristo. Yo se que esto no les va a gustar a todos aquellos que pertenecen a los aburridos y absurdos grupos de supremacía, pero ahí está, que somos uno en Cristo, no importando de qué raza somos, qué color o de que etnia somos. Apoc. 15:4b Todas las naciones vendrán y te adorarán, porque han salido a la luz las obras de tu justicia». Todas las naciones, quiere decir a todas las naciones. Aunque, la humanidad está constantemente tratando de eliminar un segmento en particular de la población que ellos consideran indignos de vivir, Dios, en Su amor, todavía quiere que todas las naciones vengan a alabarlo.
En el libro de Ester, leemos como Amán odiaba a los Judios y conspiraba para destruirlos y removerlos de la tierra. Est. 3:8 Entonces Amán le dijo al rey Asuero: —Hay cierto pueblo disperso y diseminado entre los pueblos de todas las provincias del reino, cuyas leyes y costumbres son diferentes de las de todos los demás. ¡No obedecen las leyes del reino, y a Su Majestad no le conviene tolerarlos! Entre más las cosas cambian, más se mantienen igual. Estas conspiraciones y ambiciones todavía son deseadas por algunas naciones hoy día. Parece que no podemos quedar sin gente para odiar.
Amán se sentía inferior y se propuso destruir cierta clase de la población que lo hacía sentirse así. En lugar de sobresalir y crecer en caracter, él escogió genocidio como solución. Eliminado una parte de la población Amán sentía que mejoraría el nivel de las personas del grupo al que él era parte, de este modo haciéndolos a ellos una raza superior. Prov. 14:12 Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte. El complot fracasó como todo complot, y Anán terminó condenado a colgar en la horca que había el mismo construido para los enemigos que él tanto odiaba. Est. 7:10a De modo que colgaron a Amán en la estaca que él había mandado levantar para Mardoqueo. No solo el prejuicio de Amán lo llegó a matar, sino también que el largo alcance de su filosofía hizo que a sus diez hijos también los colgaran. Est. 9:13 —Si a Su Majestad le parece bien —respondió Ester—, concédales permiso a los judíos de Susa para prorrogar hasta mañana el edicto de este día, y permita que sean colgados en la estaca los diez hijos de Amán. 14 El rey ordenó que se hiciera así. Se emitió un edicto en Susa, y los diez hijos de Amán fueron colgados.
0 Comments