Proverbios 4:23 Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de Él mana la vida.
Las cosas que Dios ha sembrado en tu corazón son importantes, si tu sientes que es una carga para llevarla a cabo, debes aceptar el desafío. Un día hablando con Clay, quien es mi publicador, él me contaba que se preocupaba de que estaba trabajando mucho en áreas sin mucha importancia, a lo que Dios le ha mostrado en su corazón para hacer en el reino de Dios. Es algo que todos necesitamos estar poniendo atención. Así como mi amiga Jami Rogers explica, “Se nos ha dado una cantidad de tiempo asignado en la tierra, para llevar a acabo la historia que Dios dice acerca de Él por medio de nosotros.” Cristo que vive en nuestros corazones, nos está pastoreando hacia lo que El Padre nos creó para ser y cumplir. Solo podemos hacer esto con Jesús al timón de nuestro corazón. Hechos 17:28a “Puesto que en Él vivimos, nos movemos y existimos”.
Muchos cristianos están luchando con lo que ellos perciben al no tener una visión de Dios. Parecen creer que tiene que haber un arbusto ardiendo o un relámpago que Dios necesita para comunicarnos sus deseos. El Espíritu Santo habla por medio de una voz callada impresionando nuestro corazón. A veces Dios solo te da una impresión que quiere que seas una bendición en cierta situación, pero equivocadamente creemos que vamos a ser una inconveniencia ó que la persona rechace lo que le ofrecemos, vamos posponiendo lo que estaba en nuestro corazón como un sentimiento fugaz y empezamos a pensar si en realidad estábamos escuchamos de Dios.
Yo estaba saliendo de una ferretería y una lluvia fuerte empezó a caer, hay una parada de autobús cerca del estacionamiento donde yo estaba, yo reconocí a un hombre ciego parado mojándose esperando su autobús. La cosa en mi corazón fue ofrecerle llevarlo en mi carro a su destino, y mientras lo pensaba, la voz muy clara del Señor me confirmó diciéndome, “Ofrécele llevarlo a donde él va.” Aquí está el problema, sentí que debería hacerlo, y tenía una fuerte convicción de ofrecer llevarlo pero yo tenía que estar en el banco en una cita en quince minutos. Mi corazón decía que le ofreciera mi ayuda pero mi mente estaba luchando por la posible inconveniencia para mi tiempo.
La suave voz de Dios prevaleció y le pregunté al hombre si necesitaba que lo llevara. El me agradeció por ofrecerle y me dijo a dónde iba. Yo le dije, “Que bien, yo voy hacia esa dirección.” Me sonreí y me arrepentí hacia Dios por pensar que este hombre sería una inconveniencia. El hecho fue que este hombre ciego iba al banco que está enfrente del banco al que yo iba. Claro, me senti un poco tonto porque el deseo en mi corazón era darle a este hombre una ayuda, pero empecé a dudar lo que Dios había sembrado en mi corazón si en verdad venia de Dios porque me iba hacer llegar tarde a mi cita. No hubo un relámpago o trompetas del cielo declarando al mundo que Dios me pidió hacer algo para Él. Solo era una voz pequeña poniéndome el deseo de ayudar en mi corazón. 1Reyes 19:12 Tras el terremoto vino un fuego, pero el Señor tampoco estaba en el fuego. Y después del fuego vino un suave murmullo. 13a Cuando Elías lo oyó.
Podemos ver el efecto inmediatamente de las palabras de Jesús en el corazón de los discípulos. Jesús caminó al lado de ellos y después con solo decir esta palabra, “Sígueme,” causó a los discípulos responder inmediatamente en ese momento. Hay cosas de Dios y deseos que aparecen en nuestro corazón que nos hace buscar la profundidad de lo que El Espíritu Santo está sembrando entre nosotros. Es como que Jesús pasó por nuestro lado y dijo, “Estas son las cosas que vas a tener deseo de hacer y encontrarás placer gratificante en ellas, entonces, guarda tu corazón para que puedas escuchar Mi voz claramente.” Prov. 4:23 Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de Él mana la vida.
¿Cómo fue que Jesús sabía lo que estaba en el corazón del Padre? ¿Qué era lo que Jesús le daba confianza decir que Él y su Padre estaban en la misma página? Por medio de la oración, Jesús escogió a los apóstoles entre los discípulos que lo seguían. Lucas 6:12 Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar y pasó toda la noche en oración a Dios. 13 Al llegar la mañana, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que nombró apóstoles. Llegó el día en que los apóstoles tenían que hacer lo que estaba en sus corazones y comprometerse completamente a la llamada que se les había puesto muy dentro de ellos. Es lo mismo para nosotros. Empecemos a caminar con El Señor porque nosotros respondemos al amor de Dios y llegamos a ser nacidos de nuevo. Entonces cuando maduramos en Cristo, por medio de la oración de obediencia a nuestro Padre Celestial, empezamos a entender y guardar las cosas que Dios ha puesto en nuestro corazón. Que todos podamos responder con paz lo que Dios está guiando en nuestro corazón, y quienes somos en Él . Bendiciones.
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