Prov. 15:18 El que es iracundo provoca contiendas; el que es paciente las apacigua.
Mientras salían del jardín, Eva le dice a Adam “bueno, esto fue un gran error”.
Admitirlo es muy difícil hacerlo. Como dice la canción: admitirlo ♪♫ es tan ♪ difícil ♪♫ hacerloo.♪♫
Estaba viendo el canal de las noticias y otra vez estaba que una de las estrellas de cine estaba pidiendo perdón por el error que había cometido al ser descubierto en un acto de adulterio. El adulterio no es un error, es un pecado. Un error es cuando cuando te saliste del autopista equivocada y ahora tienes que manejar más lejos para poder regresar y corregir el error. Un error es llegar a la cita con el doctor un día antes. Un error es cuando llenas el tanque de gasolina y dejaste tu billetera en tu otro saco. Ser descubierto en la cama en flagrante delito con otra persona, otra que no es es tu esposa o esposo, es un adulterio no un error. Prov. 28:13 Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón. Recuerdo haber pensado si la súper estrella admitiría y llamarlo por el nombre del pecado que es, entonces la misericordia de Dios entraría a sanar ese matrimonio disfuncional, pero mientras èl sigue llamando al pecado error la súper estrella caída y su licenciado estarán en modo-girando mientras se redactan los trámites del divorcio. El único que gana aquí es el licenciado.
En la era del 2008-2009 de la caída de la bolsa, el criminal popular nos daba toda clase de miradas y excusas coloridas por todos los errores y pequeños indiscretos, pronto fueron agarrados como delincuentes por lo que hacían. Nadie había robado nada, sólo fue un error en lo que estaban haciendo. Estos administradores de dinero sólo querían un poco tiempo más para poder mostrarle a todos que fue un simple error de contabilidad y no un malversación de fondos como los señalaban. Era sólo un error y no un pecado de robo. Por supuesto la corte comprobó que no fue un simple error de contabilidad, pero un robo generalizado. Isa. 5:20 ¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! 21 ¡Ay de los que se consideran sabios, de los que se creen inteligentes! 22 ¡Ay de los valientes para beber vino, de los valentones que mezclan bebidas embriagantes, 23 de los que por soborno absuelven al culpable, y le niegan sus derechos al indefenso!
El el libro de Segunda Samuel, está la historia familiar de la esposa de Urias, Betsabé que tenía una relación adultera con el rey David. El rey David organizo el asesinato de Urias para tapar el embarazo de Betsabé que había concebido en el adulterio con el rey David. Parece como una novela de televisión “Mientras el reino gira. ” Dios mandó al profeta Natán a confrontar a David en relación con su pecado como adultero y asesino. 2 Sam. 12:1A El Señor envió a Natán para que hablara con David. Natán, por medio del Espíritu Santo, dice una parábola de justicia al rey David y David llega a sentenciarse a sí mismo. Sam. 12:7-A Entonces Natán le dijo a David:—¡Tú eres ese hombre! Lo interesante es que el rey David confiesa y admite su pecado inmediatamente restauración empieza a suceder. 2 Sam. 12:13 ¡He pecado contra el Señor! —reconoció David ante Natán.—El Señor ha perdonado ya tu pecado, y no morirás —contestó Natán. Habían consecuencias de pecado en David y Betsabé? Si, pero también había misericordia y gracia. Los principios en proverbios empezaron a trabajar de inmediato. Prov. 28:13 Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.
En el momento que empezamos a minimizar nuestros pecados como irrelevante en la presencia de Dios y confesamos por la iniquidad de lo que son, tan pronto el bálsamo curativo del Espíritu Santo empieza a trabajar en nuestra alma, en nuestro cuerpo y en cada área de nuestra vida. Su misericordia y su eterno sacrificio ha lavado cada pecado e iniquidad si aceptamos ese sacrificio en nuestro corazón. El verdadero error en todo estos escenarios de encubrimiento es la falta de voluntad o la inhabilidad de confesar las transgresiones como pecado. Admitir es difícil hacerlo, pero es la única manera de quitarnos la vergüenza y culpa que va comiendo a nuestra alma por nuestra consciencia. En el momento que confesamos es el momento que nuestras oraciones empiezan a ser el deleite de Dios. Las aventuras de auto-criterio de la súper estrella, confesar que es “sólo un error” los lleva a un camino de out-odio y negación. El pecado nunca los deja llegar a algo que puedan superar, porque en poco tiempo ellos lo hacen otra vez y el único que supera de todo esto es el licenciado.
Un libro que recomiendo “Dioses Falsos” por Timothy Keller. En este libro Timothy dice, “el arrepentimiento basado en el miedo nos hace odiar a nosotros mismos pero gozo basado en arrepentimiento nos hace odiar al pecado” es el gozo de nuestro Señor nos da fuerza, no el hilo de una elaborada historia que nos lleva por la vida. Neh. 8:10-B Pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Seamos lentos en racionalizar nuestro pecado y rápidos en confesarlos para que seamos bendecidos en la gracias de nuestro Salvador Jesucristo. Heb 6:3 Así procederemos, si Dios lo permite.
Mientras Todavía Podamos Respirar
Génesis 2:7 Y Dios el Señor formó al ser humano del polvo del suelo; entonces sopló en su nariz aliento de vida y el hombre se convirtió en un ser viviente. Desde el primer soplo de aliento que fue transferido a las nasales de Adan, fue la propia fuerza infinita...
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