Proverbios 29:16 Cuando prospera el impío, prospera el pecado, pero los justos presenciarán su caída.
La irreverencia y descaro acerca de la ley de la tierra y en la sociedad, también como a las leyes de Dios, ha derrotado a los corazones y a su psique a una generación ya perdida y ha cansado a la mente de muchos, causando desconfianza a cualquiera en autoridad. Salmos 12:1 Señor, ¡ayúdanos! Rápidamente van desapareciendo los piadosos. Ya no queda gente fiel en este mundo. Señor, ¿Qué ha pasado con todos aquellos hombres y mujeres de fe en el mundo? ¿Ya estamos todos ciegos con las luces de neón del mundo que ya no vemos el pecado por lo que es? No es de extrañar que hay una epidemia de gente enferma de disnea crónica. ¿Porqué levantarnos a un nuevo día solo para ver la maldad del mundo?
Esta edad de disfunción es el resultado de haber confiado en promesas del hombre en lugar de las promesas de Dios. También, confiar en una filosofía que cambia diariamente, en lugar de confiar en la sabiduría eterna de Dios. De acuerdo con la palabra de Dios, siete cosas son una abominación al Señor y pesan mucho sobre la capacidad humana para funcionar honradamente. Prov. 6:17 Los ojos que se enaltecen, la lengua que miente, las manos que derraman sangre inocente, 18 el corazón que hace planes perversos, los pies que corren a hacer lo malo, 19 el falso testigo que esparce mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos. Se necesitan todas estas abominaciones para estar obrando entre aquellos quienes están en una posición de liderazgo para reforzar a una sociedad torcida. También se toma la misma aceptada conducta entre el corazón de las personas para que todo llegue a ser corrupto.
Una de las cosas más difíciles de enfrentar en nuestro caminar como cristianos, es cuando Dios pone Su dedo en un pecado en particular, en una transgresión o iniquidad en la que hemos estado participando. Tal vez estemos ignorando los recordatorios que Dios manda a nuestro corazón. Tenemos que caminar una milla extra con Dios porque necesitamos Su Justicia transformadora obrada en nuestra alma. Es simple, si no queremos terminar como cobardes, ladrones y criminales, tenemos que escoger la justicia de Dios para toda nuestra vida. Si nos enfrentamos a la justicia de Dios y respondemos en ese momento y obedecemos Su guía aquí, en este lado de la eternidad, no vamos a tener que enfrentarnos Su eterna justicia con aquellos que odian a Dios. Podemos caminar con la justicia de Cristo ahora y llegar a ser fieles en la tierra. Bendiciones.
0 Comments