Todos aveces cometemos errores y manchamos nuestra reputación, nuestra persona y aún nuestro estado social si es que tenemos uno. Intentamos poner siempre nuestra buena impresión y de repente, sale algo de nuestra boca que no es necesariamente algo bueno. Caemos y fallamos a la perfección y nos preguntamos si alguna vez lograremos hacer y decir algo bueno. La respuesta es: “no”, en ésta vida o en éste lado de la vida eterna. El estado del corazón del ser humano tiene defectos y esta sujeto a decepción. Rom. 7:24 ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal? Somos verdaderamente Caballeros con armadura manchada y siempre vamos a estar necesitados de nuestro Señor y su gracia salvadora que nos mantiene fuera de la muerte eterna.
Si vemos cerca a los héroes de fe, vemos individuos con defectos. Moisés apaleó a un Egipcio a muerte y después escondió el cuerpo entre la arena. El rey David organizó la muerte de Urias en el campo de batalla, para esconder el hecho de que iniciaba un adulterio con Betsabé, esposa de Urias; aún más, tratando de cubrir el embarazo que resultó de esta situación. Saúl de Tarso, sancionó la persecución y el encarcelamiento de los cristianos y aprobó el asesinato de Esteban a pedradas; solo porque Esteban creía que Jesus era su Salvador. Estos caballeros con armaduras manchadas finalmente llegaron a ser padres de nuestra fe.
Sus corazones fueron una vez pervertidos y causaron muchos problemas. Prov. 6:14 El malvado trama el mal en su mente, y siempre anda provocando disensiones. De todas maneras, por medio del poder del arrepentimiento en Dios y Su llamado en su corazón y en sus vidas, ellos llegaron a ser los héroes y líderes de nuestra fe. Solo después de que Dios interviene en nuestros propios problemas, es que llegamos a creer, es cuando finalmente nuestra armadura vuelve a brillar. Necesitamos a un salvador y no hay otro salvador como la Salvación que Dios mismo proporcionó para nosotros en Jesucristo, nuestro Señor.
A menudo, la gente religiosa trata de salvarse ellos mismos con una auto-justicia a lo que ellos creen que Dios espera, en lugar de hacer lo que en realidad Dios dice. 2 Tim 3:5 Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas! Ellos cambian los mandamientos de Dios acuerdo a lo que les conviene y después se preguntan porque las cosas no están funcionando. Como Saúl de Tarso, que creía que estaba haciendo la obra de Dios persiguiendo la los cristianos, se dio cuenta camino a Damasco, que estaba completamente equivocado y que su religión tenía fallas porque Cristo había resucitado y el nuevo pacto se había iniciado.
Saúl conmovido con su propia creencia, con la autoridad de un caballero de armadura lustrada, solo para darse cuenta que su armadura estaba completamente manchada y oxidada. ¿Qué es lo que Dios nos ha estado hablando, que no se lo hemos dado para que Él con su amor ardiente queme la escoria? Prov. 17:13 En el crisol se prueba la plata y en el horno se prueba el oro, pero al corazón lo prueba el Señor. ¿Que es lo que esta acechando en nuestro corazón, llevándonos a racionalizar nuestra propia agenda, porque no queremos servir al plan de Dios porque pueda ser inconveniente o incomodo por ahora?
Somos soldados de la armada de Dios y caballeros de su reino por decirlo así, pero para que llegue a brillar en nuestro corazón y mente necesitamos la obra salvadora en Cristo para que la verdad prevalente de Dios, se mantenga en nosotros y Él pueda hacer su voluntad.
Sin Cristo ninguna de nuestras obras buenas llegan a los ojos de Dios. ¿Hacemos su obra y todas estas bondades hacen bien a la humanidad? ¡Si, absolutamente! Cuando viene del hacer lo que Dios quiere que hagamos, como Él lo quiere; necesitamos a Cristo como nuestro Señor para que nuestras bondades bendigan el reino de Dios y por lo tanto, bendigan a la humanidad también. Efesios 2:10 Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Superamos porque Jesús superó en la cruz. Se levantó de la sepultura para darnos su justicia, para que siempre tengamos la seguridad de cuando nos arrepentimos de nuestros pecados, Dios es fiel en perdonarnos y eliminar cualquier mancha en nuestro corazón. Pongámonos la armadura y marchemos hacia adelante y en el poder y el amor de nuestro Dios. En el nombre de Jesus!
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